La maraña de cables aéreos que se extiende sobre la ciudad no sólo afecta la estética urbana, sino que también representa un riesgo para los vecinos. Se está ante el desafío de avanzar en la regulación del cableado en desuso y en la modernización de las instalaciones. La solución requiere decisión política y un compromiso firme de las empresas prestatarias.
La multiplicidad de cables que se esparcen como telarañas en el cielo de Villa Dolores es una problemática que requiere una regulación urgente. La proliferación de cableado en desuso, que en su momento perteneciera a empresas de telefonía, televisión por cable, internet o distribución de energía, no solamente afecta la estética urbana, sino que también representa un riesgo potencial para los vecinos.
Años atrás, vecinos aglutinados en el Frente Popular Villa Dolores presentaron una nota ante el Concejo Deliberante solicitando medidas concretas para abordar esta situación. En particular, se propuso la creación de una ordenanza que establezca el retiro obligatorio de gran parte del cableado obsoleto. Es que la falta de mantenimiento y control sobre estos elementos provoca que, con el tiempo, queden abandonados en el entramado urbano, sumando peligros y desmejorando la imagen de la ciudad.
A través de un dispositivo administrativo pertinente, las empresas responsables debieran ser intimadas a presentar un plan de trabajo que contemple el desmantelamiento y/o retiro de toda instalación fuera de servicio dentro de un plazo razonable. No se trata únicamente de una cuestión de ordenamiento visual, sino de seguridad: los cables sueltos pueden caer sobre la vía pública, generar cortocircuitos o incluso ser un obstáculo peligroso en días de tormenta o vientos fuertes.
Otro punto clave que debe analizarse es la posibilidad de establecer una reglamentación que prevea el soterramiento del cableado en las nuevas zonas de edificación dentro del ejido municipal. Esta medida, que ya se aplica en diversas ciudades del país y del mundo, permitiría reducir significativamente el impacto visual y los riesgos asociados al cableado aéreo. Una modernización del Código de Edificación podría ser el primer paso en esta dirección.
La regulación del cableado es una deuda pendiente que necesita voluntad política y un acuerdo con las empresas prestadoras de servicios. Si bien estas medidas implican inversiones y reestructuraciones, los beneficios a largo plazo justifican ampliamente su implementación. Así se mejoraría la seguridad y la calidad de vida de los vecinos, al tiempo que se daría un paso hacia la modernización urbana de Villa Dolores.
El debate sobre las soluciones posibles para esta problemática debería formar parte de la agenda pública local. Se debe avanzar en estrategias para eliminar el material en desuso, fomentar el soterramiento en las nuevas construcciones y considerar otras tecnologías que permitan reducir el impacto del cableado aéreo en la ciudad. Es momento de tomar decisiones que transformen a Villa Dolores en una ciudad más ordenada, segura y visualmente armónica.
• El Ciudadano.