Tan sólo en enero, hubo 22 femicidios y 50 intentos en Argentina, es decir, un crimen por violencia de género cada 33 horas. Así lo informó el Observatorio Nacional MuMaLá «Mujeres, Disidencias, Derechos».
Entre los crímenes, 19 fueron directos, hubo un vinculado niña/mujer, un vinculado de niño/varón y un trans/travesticidio. A estos casos se suman ocho muertes violentas asociadas al género que permanecen en investigación.
En ese marco, también hubo 50 intentos de femicidios y en total 22 niñas, niños y adolescentes se quedaron sin madre.
El Observatorio reportó que el 76% de los femicidios fue cometido por parejas o ex parejas de las víctimas cuya edad promedio fue de 38 años. En tanto, el 18% de las víctimas habían denunciado a su agresor y contaban con orden de restricción de contacto o perimetral. El 30% de las que denunciaron tenía, además, botón antipánico.
La tragedia vinculada a las muertes por violencia machista no cesa; al contrario, ha adquirido una virulencia extraordinaria en el inicio de este 2023. Las muertes existen, los dramas de mujeres asesinadas y niños que quedan huérfanos es real: ocurre cada 33 horas.
Desde MuMaLá exigen la declaración de una Emergencia en Violencia de Género que determine recursos precisos y especiales con el fin de evaluar su impacto, además de atención social y económica para las mujeres que denuncien esta violencia.
Se está ante un problema público ante el cual el Estado debe reaccionar. Y no sólo se trata de los femicidios, sino también de la violencia económica, la violencia psicológica, la violencia laboral…
En este sentido y con tino, MuMaLá alertó sobre una dinámica social persistente y en crecimiento: la feminización de la pobreza, que profundiza las violencias que atraviesan mujeres.
Es que con una inflación cercana a los 3 dígitos anuales, con creciente desocupación y subempleo, a las mujeres se les impide la autonomía económica y el acceso a los recursos básicos, generando una dependencia inevitable, en algunos casos, con los agresores.
“Nos mata el machismo, nos golpea la pobreza. Exigimos políticas de calidad, integrales y territoriales que permitan el acceso a vidas dignas y libres de violencias”, pronunció sobre el particular MuMaLá.
En la actualidad el drama de las mujeres se vive en un contexto signado por barreras económicas, sociales, culturales y de acceso a la Justicia, y en esto el Estado es responsable.
Mientras tanto, los gobiernos dilapidan enormes recursos en cuestiones superfluas y se “pierden” montos millonarios en enrosques varios; no les “alcanza” para generar un entorno institucional, social y económico que tenga como foco a las mujeres y niños víctimas de la violencia machista. Las prioridades, de unos cuantos dirigentes políticos, están a la vista.
• El Ciudadano