Un video viral publicado en redes sociales muestra enormes fosas excavadas alrededor de campos agrícolas, supuestamente para atrapar jabalíes. El método, impactante y rudimentario, generó miles de reacciones. Pero, ¿es real esta práctica o solo otro fenómeno de internet sin base?
La presencia del jabalí europeo (Sus scrofa) en el país —una especie exótica invasora sin depredadores naturales— se ha transformado en una plaga para productores agropecuarios. En respuesta, varias provincias, incluida Córdoba, han habilitado la caza como medida de control. Según la Resolución Nº 91/2024 de Policía Ambiental, se autoriza la caza deportiva y de control de fauna, entre ellas el jabalí, bajo requisitos específicos como el uso de armas habilitadas, tenencia de licencia de caza y registro del predio.
En ese contexto, el portal especializado Bichos de Campo verificó que el sistema de fosas existe, aunque no es habitual. Se implementa en zonas rurales de Brasil, principalmente en el Mato Grosso y Paraná, donde productores rodean cultivos de maíz con zanjas de más de dos metros de profundidad. La técnica busca evitar el ingreso de estos animales salvajes, que se mueven en manada y causan grandes daños.
Algunos videos muestran incluso el aprovechamiento económico de esta práctica: las zanjas desembocan en fosas de captura, desde donde los jabalíes pueden ser vendidos vivos. No obstante, su implementación demanda maquinaria, mantenimiento constante y un terreno particular, por lo que es costosa y poco práctica en otras regiones.
En Argentina, no hay evidencia concreta de su uso, y especialistas consideran que, por ahora, las trampas tradicionales y la caza regulada siguen siendo las principales herramientas para enfrentar esta amenaza. Porque lo que se viraliza, no siempre se verifica.