El Dique La Viña está a punto de alcanzar su capacidad máxima, pero el avance del agua evidencia un problema alarmante: contaminación en la zona de las compuertas. Vecinos y turistas denuncian agua turbia, residuos acumulados y un olor nauseabundo. La situación pone en riesgo el abastecimiento de agua para potabilizar destinada a varias localidades y reaviva el debate sobre los desechos en la región.
El Dique La Viña se encuentra a solo 3,81 metros de alcanzar su capacidad máxima, con un nivel actual de 96,69 metros sobre los 100,5 metros posibles. Esta situación, que en otro contexto sería motivo de celebración por la recuperación de las reservas hídricas, se ve empañada por un grave problema ambiental: la contaminación evidente en el sector de las compuertas.
Visitantes y vecinos han manifestado su preocupación por el estado del agua, que presenta una turbiedad notable, residuos acumulados en la superficie y un olor nauseabundo que impregna el aire en la zona. Esta situación no sólo afecta el ecosistema del dique, sino que también impacta en la experiencia de quienes acuden a disfrutar del paisaje y la recreación que ofrece el embalse.
Cabe destacar que las comunidades de Villa Dolores, Villa Sarmiento y San Pedro se abastecen del agua del Dique para el consumo humano, lo que incrementa la preocupación por su estado actual. Además, siempre ha estado en tela de juicio en la opinión pública los desechos y filtraciones que se producen en la zona alta de la región, en localidades como Cura Brochero, Mina Clavero y Nono.
En este contexto, un lector de El Ciudadano detectó en la zona de las compuertas del murallón del Dique La Viña a un camión que bombeaba el agua contaminada (fotos abajo), de color marrón y olor desagradable, lo que podría indicar que en el lugar se lleva adelante una tarea de limpieza.



El deterioro del agua en esta área es un llamado de atención sobre la necesidad de medidas urgentes para preservar este recurso natural. Entre las soluciones que podrían implementarse, especialistas y ambientalistas sugieren un plan de limpieza regular en las compuertas, el fortalecimiento de campañas de concientización sobre el impacto de los residuos y el control del vertido de desechos tanto en las cercanías del dique como en los ríos y arroyos que lo abastecen.
El Dique La Viña es uno de los reservorios más importantes de la región, no únicamente como fuente de agua, sino también como atractivo turístico y espacio de biodiversidad. La preservación de su calidad es fundamental para garantizar su uso sostenible y evitar que la contaminación continúe avanzando. Cuidar nuestros recursos naturales es una responsabilidad compartida.
• Mauro Tello, editor de El Ciudadano.