A fines de la década de 1950, la necesidad de mejorar la infraestructura vial en el oeste cordobés y San Luis impulsó gestiones clave para la pavimentación de la Ruta Provincial N° 1. La iniciativa, respaldada por sectores productivos y legisladores, buscaba agilizar el transporte de carga y fortalecer la economía regional, en un contexto de cambios en la logística nacional.
Entre 1955 y 1962, la operatividad del Dique La Viña y su usina hidroeléctrica otorgaron una nueva impronta productiva a Villa Dolores y su zona de influencia. Sin embargo, esta actividad, de carácter estacional, encontró en el ferrocarril una limitación recurrente para el transporte de carga. Ante la insuficiencia de unidades ferroviarias, los reclamos de los vecinos se hicieron constantes. Como respuesta, la ciudad impulsó soluciones alternativas, como el uso del camión, a través de entidades como la Unión de Fuerzas Económicas y la Sociedad Rural.
Cabe señalar que los problemas en el transporte de carga no eran exclusivos de la región, sino que también afectaban a países como Estados Unidos, Checoslovaquia, Francia, Italia, la República Federal de Alemania y la Unión Soviética. En todos los casos, la expansión de las carreteras se presentó como una solución lógica.
Si bien el Gobierno de Arturo Frondizi tenía como prioridad la disminución de los precios internacionales de los productos primarios argentinos, también contempló la ampliación de la infraestructura vial. En 1959, la Sociedad Rural de Villa Dolores dirigió una nota a Vialidad Provincial en la que advertía que el mal estado de los caminos del oeste cordobés demostraba que el incentivo a la producción agrícola era sólo una expresión de deseo. Como solución, se propuso asfaltar la ruta a Río Cuarto, ya que, hasta ese momento, los productores debían recorrer 200 kilómetros adicionales debido al abandono de los caminos en el oeste.
El proyecto de la Ruta Provincial N° 1 de San Luis
En 1958, la diputada nacional Berta Feigin de Ferrari presentó un proyecto solicitando fondos para el asfaltado de la actual Ruta Provincial N° 1 de San Luis, en respuesta a los reclamos de la Unión de Fuerzas Económicas. Ante el silencio de los funcionarios nacionales y provinciales, la iniciativa tomó aún más relevancia. La carretera, de 133,1 kilómetros, atravesaría las Sierras de los Comechingones hasta empalmar con la Ruta Nacional N° 8, evitando la Ruta Nacional N° 7 y reduciendo la distancia hacia Buenos Aires, un mercado clave para la comercialización de productos como la papa.
La inversión estimada ascendía a 173 millones de pesos, incluidos en el presupuesto de la Ley 12.815/1943 y el Decreto/Ley 470/1955, relacionados con créditos y financiamiento de obras públicas. Aunque el proyecto de pavimentación del camino hasta Río Cuarto fue aprobado, el mal estado de las rutas del oeste cordobés persistió hasta el final del mandato de Frondizi, debido al prolongado déficit fiscal del país. Aun así, en 1961 se inauguró la Ruta Nacional N° 146, lo que facilitó el transporte de carga, con un incremento del 47% en el uso del camión y una disminución en el tráfico ferroviario.
La Ruta 146 se extendió hasta la Escuela Panamericana, marcando el ingreso a Villa Dolores por la actual Avenida Arturo Illia. La Municipalidad asumió la construcción del cordón cuneta en su jurisdicción. Este período reflejó un cambio estructural en Argentina, con el Estado nacional como principal promotor del desarrollo vial, en un contexto en el que el camión se consolidaba como el medio de transporte predominante.
Frondizi tenía la intención de ampliar la red caminera en 10.000 kilómetros, un 10% de la existente, para mejorar la economía y reducir las fallas logísticas. Sin embargo, no logró concretar un Fondo Nacional de Vialidad acorde a las expectativas y la financiación extranjera sólo llegó hacia el final de su mandato.
Un contexto de cambios y progreso regional
En 1960, ante la falta de funcionarios que se acercaran a Villa Dolores para evaluar las deficiencias del transporte, se criticó la incapacidad del Estado para administrar el sector. Desde el ámbito sindical, se acusó al Gobierno de querer privatizar las empresas, mientras que los trabajadores denunciaban la amenaza de reducción salarial. Cabe recordar que, desde 1958, no se otorgaban aumentos, a pesar del alza del costo de vida.
A pesar de estos desafíos, la Unión de Fuerzas Económicas continuó con su misión de mejorar las condiciones del comercio y la industria local, siguiendo la labor de su predecesora, el Centro Comercial, Industrial y de la Propiedad (1941).
Por aquellos años, la economía de Traslasierra mostraba un crecimiento sostenido en el sector oleaginoso, a pesar de dificultades climáticas, epidemiológicas y comerciales. La firma Carlos M. Gobetti, con sede en Buenos Aires, exportó cien tambores de aceite a Nueva York, incentivando la expansión de los olivares en la región. Además, una fábrica de ladrillos comercializaba dos millones de unidades anuales, y la producción citrícola de El Naranjal enviaba cajones de naranjas al Área Metropolitana de Buenos Aires debido a su alta calidad.
El espíritu emprendedor también se reflejó en la industria local: los hermanos Bergalla desarrollaron una topadora con la participación de mecánicos especializados. Estos y otros logros quedaron registrados en la primera Exposición de Ganadería, Agricultura, Granja, Industria y Comercio Agropecuario, organizada por la Sociedad Rural de Villa Dolores en 1959.
En el ámbito agrícola, la excelencia en la producción de papa llevó a la organización de un certamen para la elección de su Reina en 1958, resaltando la importancia de este cultivo para la economía regional.
• Con información brindada por la Magister María del Carmen Marietán.