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Francisco ya descansa en paz: el mundo despide al Papa argentino

El Papa Francisco murió este lunes a las 7:35 de la mañana (hora de Roma), a los 88 años, en su residencia de Casa Santa Marta, en el Vaticano. Así lo anunció con profundo pesar el cardenal Kevin Joseph Farrell, Camarlengo de la Santa Romana Iglesia, en un mensaje transmitido desde la capilla de la residencia papal.

“Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre», expresó Farrell, visiblemente conmovido.

El comunicado oficial agregó:

“Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados. Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino”.

Un final en paz, tras años de fragilidad

El Papa Francisco falleció mientras dormía, a causa de un paro cardíaco. Aunque su salud había mostrado signos de mejoría, durante el último año sufrió múltiples complicaciones respiratorias, incluyendo una bronquitis severa y una doble neumonía que requirieron una prolongada internación en el hospital Gemelli de Roma.

Ayer, en su última aparición pública, Francisco dio la tradicional bendición de Pascua desde la Plaza San Pedro, en silla de ruedas, sin asistencia de oxígeno, ante miles de fieles que celebraban el Domingo de Resurrección.

Un pastor que vino del sur

Nacido como Jorge Mario Bergoglio el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, fue el primer Papa latinoamericano, el primero jesuita y el primero en adoptar el nombre de Francisco, en honor a San Francisco de Asís. Desde el 13 de marzo de 2013, día de su elección tras la renuncia de Benedicto XVI, condujo la Iglesia Católica con un estilo cercano, austero y profundamente pastoral.

Bergoglio, hijo de inmigrantes italianos, creció en el barrio porteño de Flores. Fue ordenado sacerdote en 1969 y ocupó cargos clave en la Compañía de Jesús y en la Iglesia argentina. Como arzobispo de Buenos Aires, tuvo una intensa vida pastoral en villas y barrios populares, lo que marcó su perfil como líder comprometido con los pobres.

Un legado que trasciende muros

Durante sus doce años de pontificado, el Papa Francisco impulsó reformas significativas en el Vaticano, promovió la tolerancia interreligiosa, la lucha contra los abusos y el cuidado del medio ambiente. Encíclicas como Laudato si’ y Fratelli tutti marcaron su pensamiento y dejaron huella en el debate social y político global.

Su figura fue admirada incluso fuera del ámbito religioso. Con un lenguaje simple, directo y humano, desafió estructuras de poder dentro y fuera de la Iglesia, promoviendo siempre una fe encarnada en la vida real, sensible a las heridas del mundo contemporáneo.

El mundo lo despide con respeto y gratitud. El “Papa del pueblo”, como fue llamado, ya descansa en la casa del Padre. Su legado, sin dudas, seguirá vivo en los gestos y en las causas que abrazó con el corazón.