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El Río de los Sauces: Un tesoro que merece nuestro cuidado

Villa Dolores vive estos días de verano con el privilegio de contar con el Río de los Sauces como refugio natural frente al calor abrasador. Este espacio, revitalizado con las recientes mejoras municipales en la costanera, ha ampliado las opciones para que las familias locales y visitantes disfruten de momentos únicos en contacto con la naturaleza. Sin embargo, el uso de estos espacios nos plantea una responsabilidad ineludible: cuidarlos como parte de nuestra propia vida.

La pandemia nos dejó lecciones profundas. Durante meses estuvimos privados de la simple libertad de disfrutar de nuestros entornos naturales. Recordemos cómo añorábamos pisar el pasto húmedo, sentir el sol en la piel o escuchar el correr del agua. Esas experiencias, que antes dábamos por sentadas, recuperaron un valor esencial. Sin embargo, al parecer, muchos ya lo han olvidado.

El Río de los Sauces no es simplemente un escape físico del calor; es un símbolo de nuestro vínculo con la naturaleza. Lamentablemente, ese vínculo se ve deteriorado por prácticas irresponsables: botellas plásticas, vidrios y otros desechos suelen ser tirados por varios irresponsables. Esta conducta no solamente afecta la estética del lugar, sino que pone en riesgo la vida del ecosistema y, en última instancia, nuestra propia calidad de vida.

Es importante destacar que, en este sentido, la Municipalidad de Villa Dolores ha llevado adelante una significativa tarea de limpieza a lo largo de los últimos meses, mejorando constantemente el estado de los espacios públicos y la costanera del río. Esta labor ha mejorado la estética del lugar, como así también ha sido fundamental para la conservación del ecosistema. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, el cuidado del lugar sigue siendo una responsabilidad compartida.

La convivencia entre la actividad humana y la preservación de estos espacios debe basarse en el respeto y el sentido de pertenencia. Cuidar el río no es únicamente una tarea de las autoridades o de los grupos ambientalistas: es un deber compartido. Como ciudadanos, debemos ser conscientes de que nuestras acciones individuales tienen un impacto colectivo.

Es hora de naturalizar comportamientos simples pero efectivos: llevar bolsas para la basura, respetar las áreas de recreación sin invadir espacios naturales sensibles, y promover un cambio cultural que valore lo público tanto como lo privado. El río, como nuestra casa común, merece el mismo cuidado que damos a nuestros propios hogares.

Este desafío cultural puede ser superado si entendemos que cuidar el río es cuidar de nosotros mismos. La preservación beneficia al ecosistema y asegura que futuras generaciones también puedan disfrutar de este rincón único de Traslasierra.

La próxima vez que visitemos el Río de los Sauces, pensemos en lo afortunados que somos de tenerlo tan cerca. Disfrutemos con responsabilidad, dejando el lugar mejor de como lo encontramos. Así, este espacio seguirá siendo un refugio de frescura, calma y unión para todos los dolorenses y quienes eligen visitarnos. ¡El futuro del río está en nuestras manos!

• El Ciudadano.