Mientras en los países más avanzados las administraciones gubernamentales buscan privilegiar al “pedal” sobre el motor, la implementación de este concepto es prácticamente nula en el Valle de Traslasierra.
En la zona, la inversión en ciclovías resulta insuficiente. Es lamentable que la infraestructura vehicular acapare el grueso de los presupuestos, mientras que para movilidad no motorizada no se destinen montos.
En este marco, se han realizado innumerables críticas a lo largo de los años por el estado de la ciclovía que se encuentra en el margen sur de la ruta que comunica a Las Tapias y Villa Dolores, la única de gran envergadura que existe en la región.
La obra, concretada hace muchos años, es utilizada diariamente con alta frecuencia y requiere, consecuentemente, un mantenimiento acorde a su uso, que generalmente no presenta.
La gente se pregunta: “¿Qué pasa con la ciclovía en Las Tapias?” Pues bien, sus usuarios tienen que soportar el deterioro que genera el paso del tiempo, la existencia de arena, piedras y espinas, como así también las introducciones deliberadas de motos, automóviles, camiones y colectivos. Además, deben tener suma precaución con el tránsito constante de peatones, que han tomado a esta vía como una especie de vereda.
Como se ha recalcado en más de una oportunidad desde El Ciudadano, todas estas cuestiones obligan a varios ciclistas a transitar sobre la peligrosa carretera que linda con la ciclovía, cuando lo podrían hacer por el sector que corresponde, evitando riesgos viales.
Las personas que andan en bicicleta, por deporte, recreación o traslado, necesitan una región con más cultura ciclística, para lo cual es necesario que haya autoridades con compromiso real, que aboguen por el mantenimiento y creación de nuevos espacios, tanto en las rutas como en los espacios urbanizados.
Y por cierto, es fundamental más cultura de los propios ciclistas, que deben dar el ejemplo con buenas conductas viales, respetando las reglas del tránsito vehicular tanto en la carretera como en las zonas urbanas. Tristemente, persisten los comportamientos indeseables y de suma peligrosidad por parte de los usuarios de bicicletas. Así será difícil que sean considerados sus reclamos…
El Ciudadano
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