“Acá hay muy buena gente, pero quizás esté faltando un propósito empresarial. Hay mucho dinero que está afuera, cuando nos están faltando las industrias que tuvo Villa Dolores en sus comienzos. Esa es la crítica que yo le puedo hacer a la gente con posibilidades económicas, que no ponen un poquito de voluntad para entre todos lograr lo que supo tener la ciudad: empresas diversas que generaban crecimiento”.
Tal reflexión corresponde al Ciudadano Ilustre José “Cholo” Vila Guerrero. Antes de su fallecimiento, esgrimía una mirada crítica de la ciudad y su gente durante una entrevista concedida a este medio de comunicación en 2011.
Su crítica iba directo al tuétano de aquellos vecinos con mayor capacidad económica y conocimientos… En definitiva, era una crítica hacia el individualismo que impide el desarrollo global de una comunidad.
En este espacio de opinión, en más de una oportunidad, se ha reflexionado que la ciudad, como cualquier otra población del mundo, necesita del trabajo, apoyo y compromiso de cada uno de sus habitantes, pero especialmente de aquellos que tienen mayores competencias económicas y conocimientos con el propósito de propender a un desarrollo comunal integrador.
Como dijo el entrañable “Cholo”, en Villa Dolores hay gente de muchísimo dinero y muchísimo más de lo que uno cree: “Pero la plata no está acá, donde nacieron sus hijos y donde los van a enterrar. El dinero está afuera, en otras sociedades, donde ni siquiera pueden opinar ni levantar la mano”.
Villa Dolores necesita mirarse para adentro y no quedarse a esperar que las soluciones vengan mágicamente desde afuera o que la generen los gobiernos de turno. Como reflexionaba atinadamente Vila Guerrero, aquel “que ponga su dinero en la ciudad, antes de llevarlo a otro lado, se convertirá en un revolucionario, un innovador, un creador, un propulsor…”.
Preguntémonos entonces: ¿dónde ponemos el dinero los dolorenses?, ¿qué estamos haciendo como vecinos por nuestra Villa Dolores?, ¿es posible que haya un mayor compromiso social o simplemente es una ingenua utopía?
El Ciudadano
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