Vecinos, amigos, organizaciones sociales y de derechos humanos acompañaron ayer, en Paso Viejo, la marcha por el primer aniversario del asesinato de Joaquín Paredes, producto de una bala policial. El pueblo, de tan solamente mil habitantes, estuvo movilizado con el reclamo de justicia al que asistieron cerca de 200 personas.
El joven de 15 años fue asesinado el 25 de octubre de 2020, durante la cuarentena: mientras estaba en una plaza con amigos, un grupo de policías disparó numerosas veces y lo hirió de muerte por la espalda. Los efectivos Maykel Mercedes López, Ronald Fernández Aliendro, Enzo Ricardo Alvarado, Iván Alexis Luján y Jorge Luis Gómez son investigados como coautores.
La marcha
Los manifestantes caminaron en torno de la plaza y la primera parada fue frente al destacamento policial: desde donde se produjo la balacera, luego la marcha paró frente a la escuela donde estudió Joaquín, que tiene el mural de su rostro, pero antes se pasó por un refugio de colectivos que dice: “Asesinos, fueron 112 balas”, reseñó la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de Traslasierra.
La organización transerrana relató que la otra parada de los manifestantes fue en la casa donde vivía Joaquín y su familia, donde otro mural lo muestra presente.
“En otra tapia vimos escrito ‘yuta asesina’. Finalmente, nos detuvimos en un espacio donde hay un muro pequeño, otra vez con el rostro del adolescente, que es el lugar de reunión donde cada lunes se juntan a pensar cómo seguir acompañando esta causa”, añadió la Mesa de Trabajo.
“Logros”
Sobre la causa, la organización de derechos humanos indicó que “ya hubo muchos logros: se cambió la carátula, se acabaron los allanamientos, se aportaron pruebas (las balas que se tiraron contra los chicos aquella noche) y otras que dan testimonio que si un pueblo dice ‘basta’, la Policía y el Poder Judicial se acomodan a ese reclamo”, porque “donde no hay reclamo, hay olvido y prescripción de causas”.
En este marco, la Mesa de Trabajo advirtió: “En un improvisado escenario en un costado de la plaza, tomaron la palabra madres y padres de otras víctimas de gatillo fácil en nuestra provincia. Denunciaron todo lo que estamos aprendiendo sobre estos casos: que al arrebato de la vida de sus hijxs le sigue hostigamiento policial, entorpecimiento en la toma de pruebas, dilatación en las investigaciones por parte del/la fiscal de turno, excarcelación de los imputados, falta de empatía de autoridades políticas y gubernamentales”.
«Mientras marchábamos oíamos por el megáfono los nombres de todxs lxs chicxs víctimas de gatillo fácil en nuestro país. A algunos, no los habíamos oído nunca. Señal de que hay un pueblo que está despertando y dejando de naturalizar que el Estado, por medio de sus fuerzas armadas, en vez de cuidarte, mata a nuestros jóvenes», concluyó la Mesa de Trabajo.
El ataque
Joaquín y su grupo de amigos adolescentes se habían juntado a celebrar un cumpleaños, cuando se produjo el ataque por parte de los cinco efectivos: vaciaron más de 100 municiones contra este grupo con el supuesto fin de dispersarlos en plena cuarentena de coronavirus.
Aparte de Joaquín, un amigo suyo, también menor de edad y con quien había llegado a la reunión cinco minutos antes de que la Policía arribara para “dispersarlos”, recibió un tiro cerca del corazón que casi lo mata.
Ese 25 de octubre de 2020, los cinco policías, tras los disparos y pese al pedido de auxilio, abandonaron el lugar.
Siguen libres
La familia de Joaquín reclama que la Justicia active las detenciones de los tres liberados bajo fianza de $200.000 en estos últimos meses.
Existen dos efectivos que aún siguen presos, que son Maykel López, sindicado como el autor material del disparo que terminó con la vida del adolescente, y Enzo Ricardo Alvarado.
Los liberados son: Iván Alexis Luján, Ronald Fernández Aliendro y Jorge Luis Gómez. Los amigos y la familia de Joaquín se cruzan constantemente con estas tres personas en la vía pública, reviviendo los momentos terror.
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