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Tres Hermanas Doroteas de Cemmo se suman a la vida religiosa de la región

Tres religiosas de la congregación Hermanas Doroteas de Cemmo se instalaron en la zona del noroeste. Monseñor Ricardo Araya las recibió con un cálido acto de bienvenida. La comunidad parroquial celebra su llegada, que fortalece el compromiso pastoral y educativo.


Monseñor Ricardo Araya recibió oficialmente a tres religiosas pertenecientes a la congregación de las Hermanas Doroteas de Cemmo, quienes comenzarán a residir en la Diócesis de Cruz del Eje. Se trata de las hermanas Ángela (de origen italiano), Nataly (de la República del Congo) y Blanca (argentina), quienes habitarán la antigua casa de las Hermanas de la Inmaculada de Génova.

El acto de bienvenida fue organizado por miembros de la Parroquia Santa Rosa de Lima, encabezados por el padre Gustavo Orellana. En un clima de alegría y comunidad, monseñor Araya acompañó el ingreso de las religiosas a su nueva residencia y compartió con ellas un almuerzo de bienvenida. “La llegada de las hermanas es un regalo de Dios en este Año Santo. Que sepamos corresponder a su generosidad”, expresó el obispo, según informó el sitio oficial de noticias de la Diócesis de Cruz del Eje.

Las Hermanas de Santa Dorotea de Cemmo constituyen un Instituto de Vida Consagrada de Derecho Pontificio, fundado por la beata Annunciata Asteria Cocchetti en el siglo XIX en Brescia, Italia. Dedicó su vida a la educación de los pobres y fue beatificada por el papa Juan Pablo II el 21 de abril de 1991 en la Basílica de San Pedro. Su legado hoy se extiende por Argentina, Brasil, Uruguay, Italia, Burundi, Camerún, Perú y la República Democrática del Congo.

Desde 1962, las hermanas están presentes en territorio argentino, donde desarrollan un carisma centrado en la educación integral de jóvenes y mujeres, priorizando la animación como estilo pedagógico y el acompañamiento cercano y evangélico. Su labor se despliega en colegios, parroquias, centros de espiritualidad, instituciones socio-sanitarias y espacios culturales.

“El rasgo distintivo es acoger a cada persona como hija de Dios, única e irrepetible, y acompañarla para que sea protagonista de su crecimiento humano y cristiano”, destaca sobre el particular la Diócesis.

Con esta nueva presencia en la región del noroeste provincial, la Diócesis enriquece su entramado de vocaciones consagradas y suma una propuesta educativa, pastoral y misionera que remoza el compromiso con las comunidades del interior. Las hermanas ya comenzaron a integrarse a la vida local, con proyectos que buscan generar vínculos fraternos, educativos y espirituales.