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QEPD. ¡Hasta siempre “Lucho” Tello!…

El último día de enero, falleció Luis Norberto Tello, el “Lucho”. El coronavirus fue el desencadenante de una neumonía bilateral que ameritó una internación en terapia intensiva en la ciudad de Córdoba. Dejaría este mundo, después de varios días intubado, tras un fallo cardio respiratorio.

Nacido en la ciudad de Córdoba, vivió su niñez en Villa Sarmiento, junto a sus padres Albino y Telma, y a sus hermanos Oscar, el “Negro”; “Mechi”, Alberto, “Pipi”, “Coco” y Hugo.

La tradición familiar lo llevó a trabajar desde muy pequeño, con tan sólo 13 añitos, en el Diario Democracia de Villa Dolores.

Con el tiempo, se convertiría en el administrador del periódico y trabajaría durante décadas en esa función. Su hermano, el “Negro”, era el director periodístico; mientras que él, el encargado de que “la plata alcance” para cubrir los gastos de tener un diario día tras día en la calle.

Para que haya independencia editorial, primero debe haber independencia económica… Esa era una de las máximas y una tarea que encarnó durante décadas, y que en varias oportunidades le quitaba la tranquilidad.

Posiblemente lo que abrazó con mayor pasión fue al Club de la Virgencita. Fue el fundador, junto a otros vecinos y amigos, del Sportivo Barrio Fátima.

Trabajó incansablemente, poniendo sin dudarlo dinero de su bolsillo y quitándole tiempo a su familia, para el crecimiento de la institución. Fue su presidente por varios años e incluso el director técnico del equipo naranja en primera división.

Allí, en la cancha, hizo sus amigos y la sonrisa se le dibujaba siempre en el rostro cuando con cariño lo llamaban “Cabeza de Vaca”.

Vivió 61 años de matrimonio junto a su incondicional esposa Olguita… Si la vida terrenal hubiera continuado, seguramente los años de casados hubieran seguido sumándose… Juntos tuvieron tres hijos: Luis y Mauro (foto), quienes hacemos El Ciudadano; y Graciela, maestra jardinera. Y, con sus 81 años, conoció a siete nietos y dos bisnietos.

“Lucho”, te despedimos con la tranquilidad de saber que viviste la vida que querías y como querías… Gracias por todo, por tu ejemplo y fundamentalmente por tu cariño… Aquí, en esta vida terrenal, seguirás con nosotros en cada recuerdo y aprendizaje recibido.

¡Hasta siempre “Cabeza”! Al fin, puedes descansar…

El Ciudadano

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