Carlos Gabriel Pousset lleva una vida entre engranajes, ruedas, péndulos, cristales… Su música es el tic-tac, el mismísimo latido del reloj, una hermosa melodía que marca el tiempo y le da sentido a su vida.
A sus 73 años, cumple 50 en el oficio este 31 de diciembre: medio siglo de profesión que para nada le pesan; al contrario, lo renuevan día tras día.
Sentimientos
Cada reloj tiene una historia, muchas de ellas emocionan, y nuestro relojero lo sabe. En cinco décadas de trabajo, los relojes no sólo han marcado el tiempo, también le han permitido conocer a la gente y sus historias, esas que pasan de padres a hijos, de abuelos a nietos…
“Tengo un gran afecto por mi clientela, que durante años ha sido muy fiel conmigo. Son mis amigos”, comentaba tiempo atrás Pousset a El Ciudadano, mientras “curaba” y volvía a la vida a relojes en su laboratorio.
Desde siempre
Su historia en el oficio comenzó de joven, cuando fue compañero de trabajo de Fernando Usero, un relojero de edad que tenía su espacio laboral en la primera cuadra de calle de Arzobispo Castellano de Villa Dolores.
Luego, Pousset trabajaría durante años con don Ramón Blass, hasta que decidió abrir su propio negocio. Actualmente, en la segunda cuadra de Ramón J. Cárcano, sigue trabajando ininterrumpidamente.
“Esta es mi vida, mi pasión, mi vocación, mi hobbie… El oficio que elegí”, señalaba el referente indiscutible en relojería, al tiempo que resaltaba: “Para mí ser relojero ha sido fácil porque es lo que me gusta”.
La familia
Pousset nació el 11 de enero de 1948 en Villa Dolores. Es hijo de Italia Albanesi y Luis Gilberto Pousset, descendientes de italianos y franceses, respectivamente.
Se casó con Antonia Rosa Cepa, quien lo ha acompañado constantemente en su oficio y con quien tiene dos hijos: Gustavo, farmacéutico; y Ariel, quien sigue con el oficio familiar de la relojería, con su local en la sexta cuadra de calle Belgrano.
“Para mí lo más importante es la familia, es lo principal que poseo en esta vida, aparte de mi oficio y mi clientela”, puntualizaba nuestro hombre del tiempo y concluía: “Estoy muy conforme con la vida. Nunca me faltó trabajo, que es muy importante. Siempre luchándola y dándole para adelante”.
Sé el primero en comentar