Las picadas clandestinas de motocicletas se han convertido en un problema creciente en el Valle de Traslasierra. A pesar de las reiteradas advertencias de las autoridades, estos eventos ilegales continúan realizándose en distintos puntos de la región, representando un serio peligro para conductores, peatones y vecinos.
Un riesgo mortal
Las picadas no solo son una muestra de imprudencia extrema, sino que además están tipificadas como delito en el Código Penal. El Artículo 193 Bis establece que quienes participen en este tipo de competencias sin autorización pueden enfrentar penas de hasta tres años de prisión y la suspensión de la licencia de conducir por el doble del tiempo de la condena. Además, las sanciones no solo afectan a los conductores, sino también a quienes organicen, promuevan o faciliten vehículos para estas carreras.
Intervención de las autoridades
En las últimas semanas, la Policía Departamental de San Javier ha intensificado los operativos de control en rutas y calles donde suelen realizarse estos encuentros ilegales. Sin embargo, la organización de las picadas a través de redes sociales dificulta la intervención inmediata de las fuerzas de seguridad.
Ante esta situación, las autoridades instan a la comunidad a denunciar cualquier actividad sospechosa. «Si sabés de picadas ilegales, denunciá. Juntos podemos evitar tragedias y hacer de nuestras calles un lugar más seguro», señalaron desde la Departamental San Javier.
El mensaje es claro: correr picadas no solo es un acto irresponsable, sino que también constituye un delito con graves consecuencias legales. Frenar esta práctica es una tarea que requiere el compromiso de toda la sociedad.