La cobertura de vacunación en la franja de 5 y 6 años registró en 2024 uno de los niveles más bajos desde que existen mediciones oficiales. Según datos de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles, apenas 46,7% de las niñas y los niños del país recibieron la dosis obligatoria contra sarampión, parotiditis (paperas) y rubéola, requisito indispensable para el ingreso escolar.
Las estadísticas confirman un deterioro sostenido en la inmunización infantil durante la última década y media. En 2010, el refuerzo de la Triple Viral alcanzaba al 97% de la población infantil; en 2024, esa cobertura cayó a menos de la mitad. La situación se repite con la Triple Bacteriana, cuyo refuerzo —también obligatorio— descendió al 46,4%, marcando una brecha crítica en la protección sanitaria.
La caída en los niveles de vacunación preocupa a especialistas y autoridades sanitarias, que advierten sobre el riesgo de reaparición de enfermedades que habían sido controladas o prácticamente eliminadas en el país. La falta de esquemas completos compromete no solo la protección individual, sino también la inmunidad colectiva que impide brotes y contagios masivos.
El informe oficial destaca la necesidad de reforzar campañas de información, recuperar calendarios atrasados y abordar las causas de este retroceso, que incluyen dificultades de acceso, desinformación y la disminución del contacto con el sistema de salud durante los últimos años.
Con menos de la mitad de la población infantil adecuadamente vacunada, el país enfrenta un escenario sanitario que obliga a redoblar esfuerzos para evitar riesgos epidemiológicos que parecían superados.