En el año 1944, Villa Dolores fue escenario de uno de los hechos más impactantes de su historia urbana: el incendio total de la confitería y bar “Sportman”, un sitio emblemático del centro de la ciudad.
El siniestro se produjo de manera repentina y arrasó por completo las instalaciones del tradicional establecimiento, que era administrado por el señor Pastori, reconocido por su labor al frente del local. Las llamas se propagaron con rapidez y, pese a los esfuerzos de vecinos y autoridades, nada pudo hacerse para evitar la destrucción total del edificio.
El predio donde funcionaba el Sportman pertenecía a un destacado vecino de la ciudad, cuyo nombre, aunque no figura en los registros disponibles, era ampliamente conocido en la comunidad dolorense de aquel entonces.
La magnitud del incendio marcó un antes y un después en la memoria colectiva local. Hasta el día de hoy y junto al siniestro del Cine Teatro Municipal, se lo recuerda como unos de los mayores siniestros ocurrido en la historia de Villa Dolores, no solo por la pérdida material, sino también por el fuerte impacto emocional que provocó en los habitantes, al tratarse de un espacio de encuentro social muy valorado.