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CRISIS. ¿Qué falta para que el peso desaparezca?

Usualmente los economistas exigen tres funciones al dinero. La principal es que sirva como medio de cambio. Es decir, que se pueda intercambiar por bienes y servicios.

La segunda función es servir como unidad de cuenta, que implica poder establecer a cuántas “unidades” de dinero equivale cierto bien. Aquí aparecen los precios.

Y la tercera función refiere a que el dinero pueda ser considerado como depósito o reserva de valor. En otras palabras, que se garantice a su poseedor que lo que hoy tiene en su bolsillo le permitirá comprar lo mismo en el futuro.

Reserva de valor

Desde 1881, el país tuvo cinco monedas diferentes y en reiteradas ocasiones fue necesario quitarle ceros. El peso que conocemos hoy en día existe desde 1992 y en 30 años se redujo su valor en un 99,7%. Dejó de ser reserva de valor.

Precios

La falta de referencias de precio y las distorsiones económicas a causa de la inflación desarmaron por completo al sistema de precios. Por un lado, los comerciantes no quieren vender porque no saben a qué precio hacerlo ni a qué precio reponer mercadería. Por el otro, quienes tienen pesos carecen de referencias sobre qué es caro y qué es barato.

¿No se aceptan pesos?

La aceptación como medio de cambio es el último bastión de defensa del peso. Pero también podría verse seriamente amenazada.

Hace tiempo que viene ya comprometida en el mercado inmobiliario, el cual se suele manejar a través de precios y transacciones en dólares. Actualmente, esta situación está comenzando a notarse con los alquileres y en el mercado de automóviles.

Escenario crítico

Argentina arrastra históricamente grandes problemas con su moneda. Por la crónica inflación el peso dejó de funcionar como un instrumento de ahorro hace tiempo. En medio de la estampida inflacionaria actual, el peso se ve amenazado para continuar funcionando como moneda.

• Por Instituto para el Desarrollo Social Argentino.