El 16 de abril de 1916 ocurrió un hecho curioso y poco conocido que quedó grabado en la historia cultural de Villa Dolores: se realizó la primera filmación cinematográfica en la ciudad, cuando la cinematografía apenas asomaba en los registros visuales del país.
De acuerdo al historiador local “Pocho” Lima, el evento se produjo en el marco de una conferencia técnica brindada por el Ingeniero Agrónomo Pedro Canela, quien llegó con su “coche-aula” a la estación del Ferrocarril del Pacífico. La iniciativa formaba parte de una campaña de divulgación sobre prácticas agrícolas modernas y tenía como eje principal la difusión del cultivo de la alfalfa.
El director de la Escuela Normal, profesor Aman Amarante, fue quien difundió el anuncio a través del diario El Comercio, una de las publicaciones pioneras de la época. En la edición N.º 43 del primer año del periódico, Amarante no solo convocó a los agricultores de la región al evento, sino que además anticipó un detalle que marcaría un precedente en la vida local: se tomaría una cinta cinematográfica de los asistentes.
La filmación, con fines científicos y educativos, tenía un destino claro: ser exhibida en el Congreso de Experimentadores, a realizarse próximamente en la Sociedad Científica de la Capital Federal, una institución clave del saber técnico y académico de la época.
Aunque el registro audiovisual no se ha conservado, este acontecimiento representa un hito para la región. En tiempos en que el cine todavía era un fenómeno incipiente y se limitaba a las grandes ciudades, la presencia de una cámara en Villa Dolores reflejaba un interés por la ciencia y la tecnología, al tiempo que un avance cultural.
Este episodio también deja ver la articulación que existía entre instituciones educativas, organismos estatales y la prensa local, que jugaron un papel fundamental en la divulgación del conocimiento y el progreso regional en los comienzos del siglo XX.
Hoy, a más de un siglo de aquel suceso, vale la pena recordarlo y valorarlo como parte de nuestro patrimonio histórico. En un momento donde la imagen en movimiento se ha convertido en una herramienta cotidiana, aquella cinta pionera de 1916 revela los primeros pasos de la ciudad en el universo audiovisual.
Desde El Ciudadano, celebramos este aniversario como un ejemplo de la mirada adelantada de los protagonistas de nuestra historia local, que supieron entender la importancia de registrar, enseñar y compartir conocimiento a través de los nuevos lenguajes tecnológicos de su tiempo.