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Caso Maxim: ¿Qué dijeron los médicos forenses sobre el ataque?

Se ventila en Tribunales de Villa Dolores el primer juicio por transodio de la región, con la participación de jurados populares. En el banquillo se encuentra Matías Farías, acusado de intento de transfemicidio contra Maxim Tabaris, una mujer trans de Villa Sarmiento que en ese entonces tenía 19 años.

El hecho ocurrió en abril del 2013: Maxim se encontraba durmiendo en su cama cuando fue sorprendida por golpes con un palo en su cabeza, por lo cual a la fecha mantiene tratamientos médicos debido a secuelas, según sostiene su entorno. Tras 10 años, se activó el juicio en la ciudad de Villa Dolores.

En una de las audiencias concretadas, testificaron los médicos forenses que hicieron las pericias. Emitieron en su dictamen, que presentaron por escrito, y expusieron de manera oral también que las heridas de Maxim habían sido producto de dos golpes: uno en el hemisferio derecho, arriba de la oreja, que produjo un hematoma y posterior coágulo que puso en riesgo su vida; y el otro golpe que dejó una cicatriz en el rostro, siendo el impacto arriba de su ceja izquierda y nariz.

Según comunicó la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de Traslasierra, que acompaña a Maxim en este proceso judicial, “los médicos forenses Dra. Julia Cristiano y Dr. Daniel Bravo agregaron que producto de la herida que produce el hundimiento óseo en el parietal derecho, fue necesaria una intervención quirúrgica, neurocirugía”.

En este sentido, la entidad comunicó que se planteó como “aconsejable una segunda intervención” para la colocación de una placa y el recupero de su fisionomía estética, “que es parte de su identidad y que le fue arrebatada a partir del fatídico hecho que se está juzgando”.

Cabe recordar que el lunes por la mañana, la víctima se presentó en Tribunales para ser evaluada por los forenses, cuya tarea fue evaluar las cicatrices y secuelas. “Semejante prueba no consta en la investigación realizada hace 10 años. No está tampoco el elemento con que se la golpeó, que si constaba en la reseña policial de lo que se levantó como prueba aquel día fatídico”, lamentó en este sentido Derechos Humanos.

En este marco, la organización local aprovechó la  oportunidad de definir la palabra transodio, ya que la caratula no lo contempla como tal: “Es porque no sólo la sociedad está volviendo a aprender sobre ciertos temas, sino también el Poder Judicial. Y esta es una gran oportunidad de llamar a las cosas por su nombre”.

“Discriminar a una persona, burlarse, insultarla, pegarle o querer matarla por no tolerar su condición sexual tiene un nombre: se llama transodio”, puntualizó la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de Traslasierra.