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VILLA DOLORES. Los abrazos que faltaban, comienzan a darse

Con el paso del tiempo, valentía y mucho amor, cada vez son más los derechos adquiridos por la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, intersexuales y queers (LGBTIQ+). Y la lucha continua con la bandera y el puño bien alto por el amor libre, el respeto, la aceptación y la diversidad.

Esta semana, hubo un gran motivo para celebrar con la creación de un Consultorio Inclusivo en Villa Dolores (foto), porque viene a poner la mirada, la palabra, la acción y el acompañamiento en la vida de decenas de personas y familias que lo necesitan, con perspectiva de género, información y derechos humanos.

El Lic. Santiago Merlo es el coordinador del espacio inaugurado por la intendenta Gloria Pereyra. Un colega, un amigo, un vecino… Con 45 años, se siente un sobreviviente de su población, porque el promedio de vida del colectivo aún es del medioevo: no superan los 40 años, a causa del ciclo histórico de violencia, estigmatización, criminalización y expulsión de los sistemas educativos y sanitarios, como de sus propias familias, en muchos casos.

Santiago Merlo: «Estamos asistiendo a la primera generación de niños, niñas y adolescentes trans acompañados».

Que en Villa Dolores se hable de inclusión como política de Estado, tiene que ver con reparar, con abrazar, con sanar y con que las puertas queden abiertas para todas las familias de la zona, para las niñeces y adolescencias que aún hoy esperan ser nombradas, acompañadas.

“En distintos momentos reclamamos por este espacio. Necesitábamos esta puerta que ahora se abre y por la cual agradezco. Para nosotros ser sujetos y sujetas de derecho es un montón, porque eso habilita y porque lo que no se nombra, no existe. Así estamos asistiendo a la primera generación de niños, niñas y adolescentes trans acompañados, cuando históricamente la situación ha sido expulsiva. Hasta el día de hoy, había que viajar a Córdoba en busca de apoyo; ahora, hay una alternativa aquí, en esta tierra”, celebró Santiago.

La historia recordará este momento como el paso de la indiferencia a la inclusión, a la justicia social y a los abrazos, que son en definitiva el reconocimiento amoroso que cada uno de los seres humanos buscan en este mundo. 

Nobleza obliga: las obras más valiosas no son únicamente las gigantescas y millonarias construcciones de cemento; son también, y posiblemente más, aquellas que habilitan derechos donde antes no los había, esas que le permiten a la gente poder transitar momentos delicados en la busca de un mejor vivir.

La falta de información y de generación de conciencia son condiciones indispensables para la persistencia de prejuicios en torno a la diversidad de género. En igual sintonía opera la falta de políticas públicas que coadyuven a la inclusión de las personas y a la vida digna. Orientar los esfuerzos en ello es necesario para quienes lo necesitan, como así también para construir una sociedad más libre y madura que abrace a todos, todas y todxs.

El Ciudadano

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