Una imagen tomada por una niña durante un paseo familiar cerca del Vía Crucis de Loma Bola reveló, tras un simple zoom, la silueta de un objeto aéreo inexplicable. La fotografía, difundida por Señales Merlo y atribuida a Sergio Escudero, abrió nuevamente el debate sobre los FANI en la región.
Lo que era una tarde tranquila de paseo familiar en las alturas de Loma Bola, a unos 800 metros sobre el nivel del mar, terminó por convertirse en uno de los episodios más comentados de Traslasierra. La escena parecía cotidiana: una niña, encandilada por la inmensidad del paisaje serrano, tomó una fotografía mientras observaba desde jurisdicción de La Paz. La imagen, en principio, mostraba solo montes, cielo despejado y la quietud típica de la siesta.
Pero al ser compartida y ampliada, algo cambió. Un objeto anómalo, suspendido en el cielo, emergió con nitidez inesperada. No se asemeja a un avión, ni a un helicóptero, ni a un dron conocido. La forma y la posición del objeto desataron dudas inmediatas: ¿qué registró exactamente la cámara de la niña? La publicación de Señales Merlo San Luis, con créditos de Sergio Escudero, multiplicó la inquietud y reabrió una discusión que en Traslasierra nunca termina de apagarse.
La región, de hecho, acumula historias. En 2011, el fotógrafo Oscar Cuello, de Merlo, capturó otro presunto objeto volador en el predio de Cantera Luco, en Los Molles, provincia de San Luis. Ese antecedente, que también generó repercusión en su momento, vuelve ahora a la mesa, alimentado por este nuevo registro que suma misterio a la geografía serrana.
En este marco se recuerda un dato curioso sobre el propio concepto de “platillo volador”. La denominación nació en 1947 cuando el piloto estadounidense Kenneth Arnold describió que los objetos que había visto se movían “como un platillo rebotando sobre el agua”. Hoy, en cambio, gobiernos y científicos prefieren utilizar el término FANI (Fenómenos Aéreos No Identificados), considerado más preciso y menos cargado de imaginario popular.
El avistamiento en Traslasierra coincide con un contexto internacional de creciente apertura. En Estados Unidos, el Congreso avanzó en la desclasificación de documentos sobre avistamientos y, en audiencias de 2023, pilotos y personal militar ofrecieron relatos y videos de objetos de comportamiento inexplicable. Ese clima global de transparencia aporta todavía más combustible al caso registrado en Loma Bola.
Mientras la imagen sigue circulando en redes y grupos locales, la intriga crece. Algunos piden peritajes, otros apelan a la cautela, y más de uno recuerda que Traslasierra, con su cielo límpido y su magnetismo histórico, siempre ha sido terreno fértil para estas preguntas. Preguntas que, una vez más, quedan abiertas.

