La sociedad está atravesada, más que nunca, por redes sociales que potencialmente pueden vulnerar el derecho a la intimidad y privacidad de los menores de edad, como así también su integridad espiritual, moral, psicológica y física.
Esta semana, personal de la Brigada de Investigaciones de Mina Clavero llevó a cabo un operativo con orden judicial de allanamiento y detención en relación a una investigación que se instruye en la Fiscalía de Villa Cura Brochero, por un hecho de grooming y tenencia de material pornográfico de menores de 18 años.
En un domicilio de Mina Clavero habitado por un hombre de 36 años, por un lado, la Policía procedió al secuestro de un notebook y un teléfono celular; y, por otro lado, dando intervención al personal de la Fuerza de Policía Antinarcóticos, se secuestraron sustancias compatibles con picadura de marihuana, frascos de vidrio y platines de marihuana.
El hombre fue detenido y alojado en la Comisaría Distrito Mina Clavero, quedando a disposición de Fiscalía de Instrucción de Villa Cura Brochero, que ahora cuenta con elementos probatorios para avanzar en la causa.
En un contexto marcado por una sangría de hechos de abuso sexual y una vida digital cada vez mayor, este caso ocurrido en Traslasierra debe alertarnos: las chicas y los chicos están accediendo a internet a edades tempranas, son los más conectados y, paralelamente, se encuentran más expuestos a los delitos informáticos.
En lo que atañe, un informe de UNICEF sobre “Las Víctimas contra las Violencias” 2019-2020, da cuenta de que el delito de grooming aumentó un 124%.
El organismo advierte que se trata de la captación de niños en línea, por el cual un individuo por medio de internet, trata de ganarse la amistad de un menor de edad con fines sexuales; a veces mediante webcam que permiten compartir la explotación sexual entre las redes de delincuentes sexuales y, otras veces, llega incluso a reunirse con el menor para cometer la violación.
Ante esta realidad, es crucial configurar ajustes de privacidad en la web y estar atentos a los menores, escucharlos y no dejarlos solos en el mundo digital. El diálogo es clave para la prevención, tanto o más que la regulación del uso de las redes, especialmente si se considera que conocen más que los adultos sobre el uso de las nuevas tecnologías.
Es de suma importancia que los menores, en el marco de la era de la comunicación y de la información, sean capaces de situarse como actores sociales plenos de derechos y como sujetos críticos de las experiencias constantes de las redes sociales.
La familia, la sociedad y el Estado deben trabajar en este sentido; además de ir tras los delincuentes abusadores, deben acompañar a cada niño, niña y adolescente para que pueda ejercer legítimamente y plenamente sus derechos, sin violencias, sin abusos…
El Ciudadano