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Tragedia: Subinspector de Villa Dolores fallece tras brutal emboscada

El subinspector Andrés Arturo Farías, originario de Villa Dolores, perdió la vida tras ser brutalmente emboscado por delincuentes en la ciudad de Rosario, Santa Fe. Farías, de 41 años, formaba parte de la Policía de Santa Fe y realizaba un servicio adicional de seguridad en una empresa rosarina al momento del trágico incidente.

El pasado 27 de septiembre, mientras trasladaba una suma de más de 35 millones de pesos desde el Emporio de la Golosina hacia una entidad bancaria en Fisherton, Farías y el tesorero de la empresa fueron sorprendidos por un grupo de delincuentes en la intersección de Benegas y Ambrosetti. Los asaltantes, a bordo de un Ford Focus gris, abrieron fuego sin mediar palabra, disparando en múltiples ocasiones para detener el utilitario en el que se transportaban las víctimas. El subinspector Farías recibió tres balazos, dos de ellos en la cabeza y el tórax, que lo dejaron en estado crítico.

Pese a los esfuerzos del equipo médico del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA), donde estuvo internado en terapia intensiva, Farías falleció el miércoles 2 de octubre tras varios días de agonía. Su pérdida dejó un profundo dolor en la comunidad de Villa Dolores, donde su madre y hermana enfrentan el duelo por la irreparable partida de un ser querido.

El trágico suceso no sólo conmocionó a los allegados de Farías, sino también a la comunidad policial y a la sociedad en general. Desde el Ministerio de Justicia y Seguridad de Santa Fe emitieron un comunicado de pesar: “Con profundo dolor comunicamos el fallecimiento del subinspector Andrés Arturo Farías, atacado de manera cobarde el viernes pasado en Rosario. Acompañamos a su familia en este momento tan difícil”. Las condolencias se multiplicaron en redes sociales, donde colegas y ciudadanos lamentaron la pérdida de un servidor público en cumplimiento de su deber.

La investigación, a cargo del Ministerio Público de la Acusación (MPA), sostiene la hipótesis de que los delincuentes planearon minuciosamente el asalto, esperando el momento exacto en que Farías y el tesorero realizaban el traslado del dinero hacia el banco. Los criminales lograron llevarse el botín sin mayor resistencia, huyendo en un vehículo que abandonaron a pocas cuadras para continuar su escape en otros dos automóviles.

El subinspector Farías, quien prestaba servicios en General Lagos, había sido contratado desde hace tiempo para realizar adicionales en la distribuidora de Fisherton. Su trágico fallecimiento deja un vacío en la comunidad policial y en su familia, quienes hoy despiden a un héroe caído en el cumplimiento de su deber.