César Gramaglia, ingeniero agrónomo y miembro del INTA de Villa Dolores, tiene abierto un sumario por el INTA cordobés en el que amenazan censurarlo y suspenderlo por haber planteado que la agroecología permite producir cultivos sin aplicación de pesticidas agroquímicos. Para un amplio sector se trata de una reacción anacrónica y con resonancias autoritarias de viejos tiempos, por parte de la entidad regenteada por Juan Cruz Molina Hafford, considerado lobista del agronegocio y que nada parece tener que ver con la ciencia, ni con la libertad, ni con la producción.
El INTA Córdoba, regentado por el controvertido Juan Cruz Molina Hafford, abrió un sumario administrativo con intención de sancionar por al menos seis días y disciplinar y censurar al ingeniero César Gramaglia (foto: centro), quien recibió una notificación del organismo que revela que su sumario se acerca a una resolución.
Gramaglia es técnico extensionista del INTA Villa Dolores y gran promotor de proyectos agroecológicos en Traslasierra. En Villa Dolores, narra al medio especializado La Vaca la crónica de un hostigamiento que no viene de ahora ni tampoco es unidireccional, sino que apunta a desprestigiar una idea, un modelo, un futuro distinto.
“Todo comenzó cuando asumió el cargo Molina Hafford, a mediados del 2018. Al poco tiempo, me invitaron a integrar un comité técnico para brindar un intercambio internacional con Bolivia, con el objetivo de promover la agroecología y desde el Centro Regional de Córdoba me negaron la posibilidad, sin haber ningún motivo para impedirlo. Ahí ya empezó la censura y la persecución ideológica”, cuenta.
En declaraciones al medio, Gramaglia plantea que esa situación no fue una excepción: “Existen también otros casos concretos, como en marzo de 2019, cuando el INTA lanzó un curso virtual de agroecología. Me invitaron a integrar el equipo de docentes y de nuevo la autoridad máxima del INTA se opuso. O sea, otro adoctrinamiento”.
“Como corolario, a principio del 2020 se me inició un sumario administrativo a partir de una entrevista que di en una radio local, una FM de Traslasierra, donde manifesté que existen otras alternativas para el control de plagas –en ese caso de la langosta– además de utilizar insecticidas de síntesis química. Esa fue la frutilla del postre para que se profundizara el ataque, que no se trata de una discusión técnica productiva, sino política. Ese es el mar de fondo”, señala Gramaglia.
Persecuciones
En La Vaca, el ingeniero local sostiene que al hecho no hay que tomarlo “como algo unipersonal, sino llevarlo a la pluralidad, hablar de nosotros, porque existen varios compañeros de esta institución y de otros organismos de ciencia digna que han sufrido las persecuciones políticas ideológicas de las autoridades de distintas instituciones públicas; siempre es contra quienes promovemos un modelo de producción de alimento más sano, más seguro y más soberano”.
El vecino transerrano advierte que “acá estamos tocando intereses económicos y políticos porque lo que sostiene al actual modelo de agricultura, con un enfoque industrial, son importantes sumas de dinero vinculadas con la producción y la comercialización de insumos químicos”.
“Como el mío, ha habido otros casos que se han traducido tal vez no en un sumario administrativo, sino que ante semejante persecución ideológica los técnicos toman la decisión de pedir el pase hacia otro centro regional de la Argentina para trabajar con libertad. Varios técnicos tomaron la decisión de la autocensura, de no hablar más del sistema agroecológico, por estar expuestos a recibir sanciones de las autoridades”, revela el ingeniero.
Vivita y coleando
Para Gramaglia están buscando mantener el statu quo, sostener la propuesta del agronegocio, aumentando la eficiencia de la aplicación de los agroquímicos. En concreto, especifica que el objetivo de las políticas públicas que hoy se están tratando de implementar a través del INTA es que nada cambie.
“En este momento, a nivel nacional se está redactando una nueva tanda de proyectos para implementar durante los próximos cuatro años. Y el centro regional del INTA Córdoba en ninguno ha contemplado como eje temático a la agroecología. O sea, está desconociendo la demanda de un grupo de productores y de la sociedad civil que reclama por la transformación del actual modelo de producción de alimentos”, critica el ingeniero.
Y concluye: “Miles de personas reconocen que más allá de una sanción personal, se busca sancionar a la agroecología de manera global, lo que demuestra dos cosas: por un lado, que se trata de una ciencia que puede traer respuestas a las consecuencias negativas del actual sistema agroalimentario globalizado; y por el otro, que la agroecología está vivita y coleando, más que nunca”.
Amplió rechazo
Si se observa con detenimiento, que un ingeniero agrónomo plantee que se puede producir sin utilizar pesticidas es algo que debería celebrar y promover una organización como el INTA. En este caso, además de la Sociedad Argentina de Agroecología o CLACSO, por nombrar a algunas entidades del ámbito científico, el sindicato ATE-INTA repudió la situación, a la que calificó como “injusta, arbitraria, antidemocrática y persecutoria”.
Se esgrime que la persecución a César Gramaglia “representa de manera fiel el modo en que algunos pretenden censurar, amedrentar, disciplinar a quienes están comprometidos con la agroecología”.