Vecinos de Los Medanitos llevan tres años sin heladera por falta de baterías para los paneles solares. Sin acceso a tendido eléctrico, dependen de una solución que nunca llega. La espera afecta la conservación de alimentos y medicamentos, mientras crece la incertidumbre ante la próxima temporada estival.
Un grupo de nueve vecinos del Paraje Los Medanitos, en el Departamento Pocho del Valle de Traslasierra, sigue esperando una solución que lleva tres años postergada: la renovación de las baterías de los paneles solares, indispensables para hacer funcionar sus heladeras. Sin acceso al tendido eléctrico, estas baterías son la única fuente de energía para alimentar artefactos básicos en los hogares.
“¿Otra vez pasaremos diciembre sin heladera?”
El problema, que afecta gravemente la calidad de vida de los habitantes, fue visibilizado en el programa radial Encendemos La Mañana de CEMDO, conducido por Silvia de la Peral. Allí, una vecina relató su frustración: “El otro día lo hablé con el legislador, por suerte me atendió. Me dijo que todavía no estaban compradas las baterías. Hay otras versiones que dicen que el Gobierno ya dio el ok para que las compren, pero no se sabe cuándo. Yo digo, ¿iremos a pasar otra vez diciembre, enero, sin heladera?”.
Dificultades cotidianas
La comunidad depende de cuatro baterías solares instaladas en la escuela local, lo que genera múltiples dificultades. No sólo se complica la conservación de alimentos y medicamentos, sino también la carga de teléfonos móviles, un recurso clave en situaciones de emergencia.
Tres años de espera y sin respuestas claras
A pesar de la promesa de gestionar las nuevas baterías, la incertidumbre sobre los plazos mantiene a los vecinos en una situación de abandono. En un paraje rural como Los Medanitos, donde los veranos suelen ser intensamente calurosos, contar con una heladera no es un lujo, sino una necesidad básica.
Sin una fecha concreta para la llegada de las baterías, la comunidad teme tener que enfrentar una nueva temporada estival sin este servicio esencial. La espera, aseguran, se vuelve cada vez más insoportable.
Este caso refleja las dificultades que enfrentan las zonas rurales alejadas de los servicios urbanos esenciales, y la urgencia de soluciones para garantizar un mínimo de bienestar a sus habitantes.