Tener en el hogar como mascota a un animal silvestre, además de infringir la legislación ambiental, es una de las causas que genera daños en numerosas especies cuyo hábitat es la propia naturaleza y no el cautiverio al que son sometidas.
Días atrás, un puma apareció en el noroeste provincial buscando establecer contacto con los seres humanos, teniendo de esta manera una conducta atípica que puso en riesgo su propia vida y a las personas.
El felino fue capturado por Policía Ambiental, pero puso en pánico a la población y a turistas en cercanías a San Marcos Sierras. Se cree, por su conducta inusual para un animal salvaje, que era víctima del cautiverio.
Ante esto, la protectora de animales Alejandra Juárez, del Proyecto Carayá, hizo una reflexión en su Facebook personal en la que pone en foco la importancia de no tener estos animales en casa.
“Esto que parece una historia romántica o simpática es en realidad algo muy triste, este animal seguramente fue criado como mascota y luego lo soltaron, sobrevivió, aprendió a sobrevivir como pudo y con lo que tenía a su alrededor, pero nunca olvido a los humanos, sin rencor sólo quería su compañía, permanecer sentado cerca de ellos”, lamentó.
Y añadió: “Estos animales criados como mascotas, si se los libera son convertidos en un animal potencialmente peligroso para los humanos, para las mascotas y para él mismo; a él le tocó un pueblo respetuoso con los animales, pero distinto destino hubiera sido en otra zona”.
“No podrá volver a vivir libre. A pesar de que los humanos lo abandonaron, él aún los siente como sus pares y busca su compañía. Es hora de reflexionar, de entender que algunas libertades son imposibles. Este puma está dando un mensaje, escuchen de qué se trata”, solicitó la protectora.
El felino fue llevado al Centro de Rescate Tatú Carreta, en la cual ya tienen otros 17 ejemplares de características similares.
El puma es un animal territorial y solitario, de hábitos crepusculares y nocturnos, por lo que durante el día permanece oculto. Es muy ágil, experto trepador, rápido y caza al acecho. Es por ello que llamó tanto la atención el desenvolvimiento del ejemplar rescatado en el noroeste provincial.
Lamentable
De forma permanente existen en la provincia procedimientos de control, denuncias o allanamientos que involucran a cientos de aves, mamíferos como el puma y reptiles.
Año a año son decomisados y recuperados, algunos pueden regresar a su área de distribución natural luego de haber sido asistidos y tras evaluar que su estado sanitario no trasmitirá enfermedades al ser liberados.
En cambio, muchos animales al haber permanecido un largo tiempo en contacto con el ser humano y ser “domesticados”, modificaron sus conductas a tal punto que no podrían ajustarse a su nueva situación ni valerse por sí mismos.
Tristemente, estas víctimas pasarán el resto de su vida en centros de rescate donde podrán ser monitoreados, asistidos y alimentados.
Temor
El puma rescatado es un macho de aproximadamente 2 o 3 años que quería estar cerca de la gente. Al acercarse a los seres humanos, se intentó alejarlo para que volviera al monte, pero él insistía en sentarse cerca de las personas.
En este marco ocurrió un hecho que fue peligroso: el felino se llevó un perrito caniche, frente a los ojos de su pequeña dueña; podría haber sido la niña.
Siguiendo con su trajinar, el puma se sentó a casi un metro de algunas personas y no hacía nada por irse. En un momento salió corriendo detrás de un zorro y volvió.
Finalmente encontraron su guarida con restos de animales domésticos como gatos y perros, y aceptó gustoso comer alimento balanceado y hasta una milanesa.
Con profesionalismo, actuó la Policía Ambiental y personal de la Reserva Tatú Carreta para dar por terminada esta peligrosa situación.
“Este puma dio un ejemplo de la realidad, de lo que le estamos haciendo a su especie y es muy probable que dentro de 30 años ya no veamos más al señor de las montañas”, pronosticó la protectora de animales Alejandra Juárez.
Pero planteó que “hay humanos buenos que lo rescataron y se preocuparon por el puma, lo que significa que también hay una luz de esperanza”.
Si crees conocer un lugar en el que se comercializan animales ilegalmente o conocés a alguien que tenga especies silvestres, hace una denuncia a Policía Ambiental llamando al 0351-4420924, por mail escribiendo a Policia.Ambiental@cba.gov.ar o vía web.