Juan José Murúa, actualmente cumpliendo sentencias en el Servicio Penitenciario, es conocido por un historial de delitos graves que han sacudido a las provincias de Córdoba y San Luis. A sus 39 años, Murúa ya enfrenta dos condenas que suman cadena perpetua y 38 años de prisión por homicidios múltiples y, ahora, está acusado de otro crimen tras el asesinato de un interno en la cárcel.
El reciente caso involucra a Jonathan Emanuel Aguirre, a quien Murúa presuntamente atacó con una «chusa» (cuchillo improvisado) en noviembre de 2023, dentro del Complejo Pampa de las Salinas, San Luis. Según los informes judiciales, Murúa y Aguirre discutieron en el hall del pabellón, momento en que Murúa habría asestado tres puñaladas a su víctima. Aguirre murió debido a un shock hipovolémico por la pérdida de sangre provocada por las lesiones en el abdomen y el tórax. Ante la gravedad del caso, el fiscal Esteban Roche ha solicitado una pena adicional de 20 años de cárcel para Murúa, cuya conducta en prisión ya lo convierte en un interno de alta peligrosidad.
Una cadena de crímenes y violencia
El nombre de Juan José Murúa se hizo tristemente célebre en 2009 con el asesinato de Brenda Arias, una joven de 19 años en Villa del Carmen, San Luis, cuyo cuerpo fue encontrado calcinado semanas después de su desaparición. En 2018, Murúa fue condenado a 38 años y dos meses de prisión por este crimen, calificado como homicidio agravado por el uso de arma de fuego.
Posteriormente, en 2023, Murúa fue sentenciado a prisión perpetua por el asesinato de Marisol Reartes y su hija de dos años, Luz Oliva, en Villa de las Rosas. La Fiscalía expuso que el hombre había atacado a Reartes, con quien tenía una relación sentimental, y después asesinó a la niña. A pesar de los intentos de búsqueda, los restos de la pequeña Luz nunca fueron encontrados.
Además de estos homicidios, Murúa cuenta con antecedentes de violencia extrema en el sistema penitenciario. En 2020 protagonizó una fuga del Complejo Pampa de las Salinas y, en otra ocasión, trepó una columna de 25 metros para exigir la revisión de su condena, lo cual puso en jaque la seguridad del penal.
¿Se hará justicia?
Con estos antecedentes y el reciente juicio en curso, el nombre de Juan José Murúa sigue siendo sinónimo de crímenes violentos y desafíos al sistema judicial. La última acusación agrega una carga más a su historial delictivo, y su caso se convierte en una advertencia sobre la peligrosidad y reincidencia de ciertos perfiles dentro del sistema penitenciario argentino.