Un 3 de febrero de 1880, dieciséis Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús llegaron a Villa del Tránsito, hoy Cura Brochero, para hacerse cargo del Colegio de Niñas y la Casa de Ejercicios. A pedido del Cura Brochero, emprendieron una travesía desafiante a través de las Sierras Grandes de Córdoba, montadas a caballo y con mulas que transportaban sus pertenencias.
Las hermanas, de entre 19 y 30 años, asumieron la misión con determinación y valentía. Guiadas por Brochero y una comitiva, cruzaron montañas y ríos con la convicción de que su trabajo cambiaría la realidad de la región. El 3 de febrero, con el colegio casi terminado, comenzaron oficialmente su labor educativa y pastoral, marcando un antes y un después en la historia del pueblo.
La llegada de las Hermanas Esclavas fue resultado del vínculo entre el Cura Brochero y Catalina de María Rodríguez, fundadora de la congregación. Se habían conocido en 1862, cuando Brochero realizó Ejercicios Espirituales en la Casa de Catalina, y desde entonces compartieron el ideal de llevar la educación y la fe a los sectores más postergados.
Hoy, el legado de estas mujeres sigue presente en la comunidad educativa y religiosa de Cura Brochero. En el Parque Temático Brochero Santo (foto), un sector rinde homenaje a su obra y al esfuerzo de aquellas hermanas que se animaron a cruzar las altas cumbres para brindar formación y contención a las niñas de Traslasierra.
El rol de las Hermanas Esclavas fue clave en el crecimiento de la región, y su entrega sigue siendo un ejemplo de compromiso y vocación. Su historia es un recordatorio de la importancia de la educación y la fe en la transformación de los pueblos.

