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CONCURSO. Córdoba ya eligió a su “ave símbolo”

Córdoba ya tiene su “ave símbolo”, que se suma a los íconos de identidad de esta provincia. Lo tiene porque culminó el proceso para elegirla, a partir de una iniciativa surgida en el seno de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y que contó con el aval del Ministerio de Educación de la Provincia.

El ave que más votos obtuvo, entre las 24 propuestas por un grupo de especialistas de la UNC, fue la tacuarita azul.

“Teniendo en cuenta el mayor porcentaje de votación, se propone a la tacuarita azul como ave símbolo de la provincia de Córdoba. Dado que fue secundada por una escasa diferencia, menor al 1%, por el benteveo y la reinamora; también se propone, a partir de estos resultados, una mención especial a estas dos especies, siendo las tres identificables como Guardianas de la Biodiversidad de Córdoba”, señaló un texto del equipo organizador.

Cómo se eligió

Se computaron un total de 28.901 votos, de los cuales el 75% (21.615 votos) pertenecen a instituciones escolares de toda la provincia, y el 25% restante (7.285 votos) son del público en general.

En Traslasierra

En el Departamento San Javier el primer puesto fue para el picaflor cometa y en el Departamento San Alberto ganó la reinamora. Mientras que en Minas hubo un empate entre la lechucita de las vizcacheras y el águila mora. No hay datos sobre el resultado en Pocho.

La tacuarita azul

Según explica Guillermo Sferco, uno de los expertos que participó del equipo organizador, se trata de un ave “pequeña, inquieta y recorredora, tiene unos 12 a 13 centímetros y la coloración dorsal es gris azulado. El macho presenta un antifaz negro que la hembra no posee. Ambos sexos presentan una cola algo larga con las plumas centrales negras y las externas blancas que suelen elevar mientras recorren la vegetación”.

También precisa Sferco que “el pico fino le sirve para atrapar pequeños invertebrados que consigue en el follaje de la vegetación, mientras van emitiendo un variado y melodioso canto”.

“Su pequeño nido asentado en ramas, es construido con fibras vegetales unidas con tela arañas y externamente tapizado con líquenes, quedando perfectamente camuflado. Ponen usualmente tres huevos (a veces más) que tanto el macho como la hembra incuban durante 14 a 15 días. Ambos progenitores también se encargan del cuidado y alimentación de los pichones”, destaca.