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Cannabis industrial: Harán una prueba piloto en Traslasierra

En el Valle de Traslasierra, se trabajará con tres variedades que se traerán desde Francia, a través del primer certificado de importación otorgado en el país. Apuntan al desarrollo socioambiental sostenible a partir de la producción e industrialización. Además de fines medicinales, el objetivo es generar materiales para la construcción con la fibra resultante y alimentos con los granos.


La investigación y el desarrollo en cannabis es el eje central de un trabajo científico, tecnológico y social que se lleva adelante en el Valle de Traslasierra, cuyo director técnico es el docente investigador Guillermo Cerioni, de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Cuarto.

Cerioni, ingeniero agrónomo y magíster en Producción Vegetal, trabaja con Gustavo Demian Álvarez, director y formulador del proyecto, ingeniero ambiental egresado de la Escuela de Ciencias de la University Of Central Florida -EE.UU.- y técnico agrónomo. El equipo se completa con las investigadoras Clara Olmedo, de la Universidad de Chilecito, y María Lila Torre, de la Universidad de La Plata.

En los próximos días, se traerán desde Francia tres variedades de semillas de cáñamo para una primera prueba piloto en el país, que tendrá como escenario campos de la localidad de Nono. Se trata del primer certificado de importación otorgado en el país, según consigna Deolinda Abate Daga, en un informe especial publicado en el rotativo El Puntal.

Las semillas importadas son variedades de cáñamo industrial, una de fibra larga, otra de granos y una tercera de doble propósito, de grano y fibra, que se sembrarán en la segunda mitad de este año. La prueba incluirá una hectárea para cada una de las variedades. La siembra y cosecha demandan un período de entre 95 y 100 días.

El proyecto

De acuerdo a la información, se trata de un proyecto de desarrollo socioambiental sostenible a partir de la producción e industrialización de plantas de cannabis sativa. Cimienta la innovación tecnológica de fitomejoramiento y posterior inscripción de variedades genéticas para uso industrial, la producción y desarrollo de esta planta como fuente de economía circular, social y solidaria.

Frente a los prejuicios y el desconocimiento sobre el cannabis, sus usos y beneficios, esta iniciativa denominada “Oasis Cañamero” se centra en la innovación productiva. Además de los objetivos científicos, tiene como una de sus principales metas la generación de trabajo.

Apuntan a generar un modelo de desarrollo socioeconómico sostenible a partir de la producción cannábica, tanto para uso medicinal como industrial, que permita desde un enfoque transdisciplinario el desarrollo socioambiental del Valle de Traslasierra.

El proceso

Siempre en base a lo expuesto por Abate Daga, el trabajo incluye la realización de un proceso de fitomejoramiento, técnica de investigación mediante la cual se cruzan distintas variedades de una misma especie vegetal con el objetivo de mejorar sus características genéticas para lograr plantas más resistentes y productivas.

Posteriormente, prevén inscribir semillas de cannabis de uso industrial –cáñamo- y cultivarlas de manera agroecológica en el país, de acuerdo con lo establecido por el Instituto Nacional de Semillas (INASE). Y, una vez inscriptas, las comercializarán.

La iniciativa incluye la puesta en marcha de dos granjas comunitarias autosustentables para la producción de aceite cannábico medicinal a partir de variedades nacionales registradas en el INASE, con el fin de abastecer los centros médicos municipales de la zona.

El proyecto también prevé la generación de materiales de construcción -ladrillos, bloques y paneles- y la posterior edificación de viviendas con fibras del cáñamo resultante del fitomejoramiento.

Además, se agrega la obtención de variados productos alimenticios a partir del grano (aceites comestibles, harina, complementos proteicos, barras de cereales, panificación y pastas).