Una tensa reunión se llevó a cabo en el Consorcio de Regantes del Sistema del Río de Los Sauces, en el Valle de Traslasierra, donde productores y regantes manifestaron su profundo malestar por la falta de horas de agua para el riego de sus cultivos. Entre los asistentes, destacó la presencia de Américo Gómez, intendente de San José y productor de la región, junto a un centenar de regantes que expresaron su descontento.
Reclamos de los productores
La reunión, que inicialmente se preveía tranquila, se tornó áspera cuando los regantes denunciaron no recibir la cantidad de horas de riego por las que pagan, lo que compromete la producción agrícola. “Nosotros pagamos 50 hectáreas de riego, que representan dos millones de pesos al año. Tenemos diez hectáreas con alfalfa, pero a pesar de pagar 50 hectáreas de riego, no nos alcanza para regar las diez hectáreas de alfalfa, que encima se riega solo de septiembre a marzo”, ejemplificó uno de los productores a la prensa.
A su vez relató una situación aún más crítica: “Un pequeño productor, que tiene solo dos hectáreas, aun pagando no puede regar ni el patio de la casa. No puede sembrar ni unos tomates ni un zapallo”.
Críticas a la gestión
Gran parte de la molestia estuvo dirigida hacia el ingeniero Nacho Fernández, a quien los regantes responsabilizan por la falta de organización en la distribución del recurso hídrico. La demanda principal de los productores fue la convocatoria a una asamblea extraordinaria para elegir una nueva comisión directiva que gestione de manera más eficiente los recursos del sistema de riego.
Impacto en la producción
De acuerdo al relato de los productores, el panorama es desalentador para los pequeños y medianos productores del valle, quienes dependen del riego para mantener sus cultivos y sostener sus economías familiares. El conflicto amenaza con agravarse si no se encuentra una solución a corto plazo, ya que el agua, un recurso vital en la región, se ha convertido en el centro de una disputa que podría tener consecuencias económicas y sociales de gran magnitud.
Los productores regantes han dejado claro su mensaje: exigen respuestas concretas y una gestión más contundente para garantizar que cada hectárea pagada se traduzca en agua suficiente para el riego.