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Antonella “en la calle” por la “insolvencia fraudulenta” de Clavero

A semanas de que Roberto Clavero fuera condenado a 28 años de prisión por abuso sexual continuado, su víctima Antonella Ricci aseguró que “está en la calle” y no tiene medios para criar a su niña de 3 años.

La joven, de 33 años, fue abusada por el detenido desde los 3 a los 24 años, según se confirmó en el juicio que concluyó el 18 de mayo de este año.

En el proceso judicial también fue condenada a 16 años de prisión la progenitora de la víctima, Analía Montenegro, por ser “partícipe necesaria” de los hechos.

Sin recursos

En declaraciones al rotativo La Voz, logradas por el periodista Miguel Ortiz, Antonella dijo: “Lo peor es que Clavero se ha declarado insolvente. Ya en la cárcel -fue detenido en marzo de 2022- enajenó su última propiedad”.

La joven afirmó ante el tabloide que sufre “depresión crónica” y no tiene recursos para las terapias y tratamientos que necesita.

Cabe recordar que los jueces Santiago Camogli, Carlos Escudero y Facundo Gil hicieron lugar en parte a la demanda civil entablada por Antonella en contra de Clavero y Montenegro. Es así que en forma solidaria deben pagar la suma de $119.223.423,15, en concepto de capital.

Sobre el particular, Emiliano Binante, defensor de Antonella en lo civil, estimó ante La Voz que pasarán años para que ese pago se concrete.

El letrado explicó: “Corresponde que la víctima reciba una indemnización pecuniaria por todos los tratamientos que debe afrontar prácticamente de por vida, en lo psicológico, en lo nutricional; por daño moral y otras figuras”.

“Insolvencia fraudulenta”

“Clavero se desapoderó de bienes para no pagarme, en agosto de 2022 fueron a la cárcel su abogado, Alejandro Pérez Moreno, con el escribano Gustavo Godoy, e hicieron un acta de donación en favor de mi hermanos”, contó la víctima al rotativo.

Y añadió: “Donó lo último que quedaba a su nombre, entonces mi abogado lo denunció por insolvencia fraudulenta, pero este proceso puede durar años y tengo necesidades ahora”.

A semanas del fin del juicio, Antonella hoy vive con temor. “Tengo miedo de que él me mande a matar, vivo en una casa prestada y de la ayuda de mis amigos”, concluyó.