En localidades del Valle de Traslasierra, el vertido de aguas residuales en la vía pública preocupa a autoridades y vecinos. Se requieren controles y campañas de concientización para proteger la salud, la higiene urbana y la convivencia comunitaria.
El Valle de Traslasierra, conocido por sus paisajes serranos y comunidades unidas, enfrenta un problema que amenaza la higiene urbana y la salud de sus vecinos: la tira de aguas servidas en la vía pública.
Aunque muchas localidades históricamente mantuvieron calles limpias y entornos saludables, la práctica comienza a hacerse visible en pueblos como San Pedro, donde la Municipalidad reforzó recientemente la prohibición mediante la Ordenanza N°009/05.
El caso reciente en San Pedro puso en evidencia la extensión de la problemática: vecinos habían vertido agua de limpieza, del baño, de la cocina e incluso de lavarropas directamente en las calles. La medida municipal busca tanto proteger la estética urbana, como así también prevenir riesgos sanitarios, ya que los líquidos residuales pueden ser foco de contaminación, proliferación de insectos y enfermedades.
“Es un tema de educación cívica y conciencia comunitaria”, esgrime un vecino. Mientras otro agrega: “Cada vecino que arroja líquidos residuales a la calle pone en riesgo a toda la comunidad. Necesitamos que se comprenda que mantener limpias nuestras calles es responsabilidad de todos”.
Los especialistas en salud pública advierten que esta práctica, frecuente en grandes ciudades, puede generar consecuencias graves en localidades pequeñas donde los sistemas de desagüe suelen ser limitados. Aunque parezca algo menor, el vertido de aguas residuales puede afectar la calidad del agua, generar malos olores y atraer vectores de enfermedades.
En San Pedro, la Municipalidad realiza controles periódicos y aplica multas a quienes incumplen la normativa, además de promover campañas de concientización. Sin embargo, los desafíos persisten, ya que la costumbre de arrojar líquidos residuales en la vía pública sigue presente en algunos sectores.
La problemática no es exclusiva de San Pedro: otras localidades del Valle de Traslasierra reportan incidentes similares, especialmente en sectores donde la densidad poblacional crece y la infraestructura sanitaria aún es limitada. La experiencia de San Pedro muestra que la solución requiere una combinación de normativa, educación y participación ciudadana, promoviendo hábitos de higiene que garanticen la salud de toda la comunidad.
Para los habitantes de la región, el mensaje es único: mantener limpias las calles no sólo es una obligación legal, sino un compromiso con la convivencia, la salud pública y la preservación del entorno que caracteriza al valle.

