La Línea 102 es una herramienta para proteger los derechos de niños, niñas y adolescentes. Brinda un servicio telefónico gratuito y confidencial de escucha, contención y orientación.
De acuerdo al sistema de Recopilación de Datos de la Línea 102, se pudo registrar en el lapso de un año 13.754 llamados ingresados, los cuales se subdividen en Asesorías y Notificaciones, entre otros.
Este dato es relevante ya que permite visibilizar todo lo ingresado a la Línea dando cuenta del trabajo cotidiano del equipo y de las situaciones de vulneración de derechos que se experimentan.
De acuerdo a la información, el mayor número de demandas son ingresadas durante el turno mañana, siendo el momento de mayor flujo de llamados, seguido de la tarde y por último la noche. Presumiblemente la persona está más “activa” o predispuesto a comunicarse en este horario.
“En la actualidad ingresan llamados desde todos los puntos de la provincia de Córdoba, por lo que la Línea 102 se vuelve fundamental para articular con aquellos equipos que se encuentran más alejados y así poder dar respuesta a la demanda. Cabe señalar que, en un menor porcentaje, también se han derivado casos a otras provincias”, comunicó el Gobierno de Córdoba.
Capacitación y desarrollo
Los operadores de la Línea 102 deben estar debidamente capacitados para poder brindar respuestas pertinentes y eficaces, que permitan una protección real de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
Las instancias de aprendizaje surgen como una necesidad de los mismos operadores frente a las continuas situaciones críticas que se presentan en cada uno de los llamados, como así también a los cambios en la organización institucional dispuestos por el Gobierno para dar una respuesta más eficaz.
En lo que atañe, Alejandro Atencio, coordinador de la Línea 102 dependiente de SeNAF, explicó que es necesaria una formación específica para el abordaje de las problemáticas: “Es preciso que la persona que responda al teléfono, esté bien capacitada y conozca cómo poner en contacto tanto al niño o a la niña, como a cualquier ciudadano que se comunique, brindándole indicaciones correctas para que se brinde protección real”.
Por otra parte, manifestó la necesidad de continuar un proceso hacia la efectiva participación de las niñas, niños y adolescentes en tanto usuarios e interlocutores prioritarios en el diseño y actualización de este servicio hacia la incorporación de otros formatos tecnológicos de comunicación.
El desafío, en base a lo expuesto, estará centrado en la construcción de la confianza de las niñas, niños y adolescentes en el uso de las líneas de ayuda. Esto supondrá la integración de tradicionales y nuevos canales de comunicación disponibles, conectados en etapas progresivas de atención.

