Un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) encendió luces de alarma sobre la situación del mercado laboral. Según este centro de estudios, sin el crecimiento de la informalidad registrado en los últimos diez años, la desocupación alcanzaría hoy un 23%, es decir, tres veces más de lo que informa el INDEC.
Los datos oficiales del organismo estadístico nacional correspondientes al segundo trimestre de 2025 muestran una ocupación total estable en 13,3 millones de personas en los principales aglomerados urbanos. La tasa de desempleo se mantiene en 7,6% de la población activa —aproximadamente un millón de personas—, aunque con un crecimiento en la informalidad y en los trabajadores que buscan ampliar sus horas de empleo.
El IDESA advierte que este aparente equilibrio es engañoso: lo que evitó una disparada del desempleo fue la expansión de empleos de baja calidad, sin protección ni estabilidad. Entre 2015 y 2025, los asalariados privados registrados se estancaron en 6,2 millones, mientras que los desempleados crecieron de 1,1 a 1,6 millones. El salto más significativo se dio en la informalidad, que pasó de 6 a 9 millones de personas.
El estancamiento productivo es parte de la explicación: el PBI de 2025 es similar al de 2015. Pero también pesan las rigideces del sistema laboral. IDESA recuerda que en amplios sectores siguen vigentes convenios colectivos de 1975 o de fines de los 80, actualizados solo en lo salarial, pero con normas obsoletas para la organización del trabajo. “No hay negociación colectiva real —señala el informe—, solo paritarias para ajustar por inflación”.
La falta de modernización impide aplicar cambios como el fondo de cese laboral que reemplazaría a las indemnizaciones. Aunque aprobado por ley, no puede implementarse sin acuerdos sectoriales.
Otro punto crítico es el rol de las provincias. Si bien la normativa laboral es nacional, su aplicación depende de las justicias laborales locales. IDESA subraya la necesidad de unificar criterios de actualización de créditos laborales y conformar Cuerpos de Peritos Médicos para reducir litigios por accidentes de trabajo.
El diagnóstico es claro: sin crecimiento productivo y sin modernización institucional, el empleo formal seguirá paralizado. La informalidad funciona como un colchón social que disimula el desempleo, pero a costa de precarizar cada vez más la vida laboral de millones de argentinos.