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Sin balance y por mayoría, aprobaron rectificación presupuestaria

El Concejo Deliberante de Villa Dolores finalmente aprobó por mayoría, en segunda lectura y en particular, un proyecto del Departamento Ejecutivo heredado de la gestión de Gloria Pereyra, relativo a una rectificación del Presupuesto 2023.

La iniciativa venía de cuarto intermedio, decidido por unanimidad, al haber solicitado el cuerpo legislativo un balance de corte al 12 de diciembre al Departamento Ejecutivo.

En lo que atañe, el secretario de Finanzas del Municipio, Fernando Medina, informó al parlamento dolorense que el balance no fue proporcionado por la gestión saliente, “hecho este que quedó debidamente constatado y plasmado en el acta de transferencia administrativa”, comunicó.

Consecuentemente, sin el balance correspondiente, fue aprobada la rectificación presupuestaria con los votos positivos del presidente del cuerpo, Claudio Antón, y de los ediles oficialistas Rodrigo Murúa Samper, Facundo Dómini, Carolina Stumpf y Paola Pousset.

Se abstuvieron, manifestando disconformidad, los integrantes del bloque de la minoría: Fernando Lovagnini, Osvaldo Uriz, José Darío Cortés y Mary Díaz.

El Presupuesto 2023 registra un alza de 1.500 millones de pesos, ascendiendo de los 3.450 millones originales a 4.950 millones.

Contrapunto

Murúa Samper, Stumpf y Dómini argumentaron el voto positivo del bloque de la mayoría en la idea de “garantizar la gobernabilidad” del intendente Maxi Rivarola.

“Hay una imperiosa necesidad de contar con la rectificativa del presupuesto para pagar salarios, aguinaldos y proveedores”, subrayó Murúa Samper.

En el mismo sentido, Stumpf señaló: “No venimos acá a hacer demagogia, sino a solucionar los problemas que nos ocupan. Y hoy nos ocupa la gobernabilidad de la ciudad. La administración municipal se encuentra atada de pies y manos sin la rectificación presupuestaria. Por eso apostamos a apoyar la gobernabilidad”.

“Este tema es muy importante y con esto se hace mucha política. El Municipio necesita la aprobación de la rectificación para poder cumplir con las obligaciones comprometidas. Es necesario para el normal desenvolvimiento de la Municipalidad. No se debe hacer una cuestión política de esto”, insistió Dómini.

En desacuerdo, Lovagnini lamentó que los concejales no hayan dispuesto de la “información contable oficial que permita saber cuál es el monto gastado verdaderamente por el Municipio hasta el 12 de diciembre”. “La gestión anterior no hizo las cosas como corresponde, se hicieron las cosas mal”, enfatizó.

En sintonía, Cortés esgrimió: “Ninguno de los concejales de la minoría viene a poner palos en la rueda. Como decía Alfonsín, queremos ‘dentro de la ley todo, fuera de la ley nada’. ¿Entonces qué esconde ese balance que no aparece? ¿En qué se gastó el dinero de los vecinos?”.

“Es un hecho histórico que en el acta de trasferencia de un gobierno a otro no se haya entregado el balance de corte respectivo. Dicen que no lo tienen. Pero sí lo tienen, lo están escondiendo. Esperan la sanción de esta ordenanza para poder acomodar los números. Esta es una demostración de la desprolijidad de la gestión de Gloria Pereyra”, lanzó por su parte Uriz.

Para concluir, Díaz hizo suyas las palabras del intendente en su discurso inaugural: “No quiero oposiciones vacías, ni oficialismos sordos”.

Auditoría

Cabe recordar que los concejales del anterior cuerpo legislativo habían dispuesto previamente un pase a cuarto intermedio de la rectificación presupuestaria hasta tanto se proceda a la conclusión de una auditoría contable externa a la Secretaría de Finanzas del Municipio, que surgió por resoluciones del Concejo Deliberante y del Tribunal de Cuentas.

El objetivo de la auditoría, a cargo del contador Diego Lovagnini, es “poner luz” sobre una serie de gastos “irregulares” que efectuó la ex intendenta Gloria Pereyra, empleados y funcionarios con una tarjeta de crédito Visa que se obtuvo sin la aprobación del parlamento dolorense y en relación a 971 órdenes de pago que no pasaron por el órgano de control correspondiente.