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Ruta 148, la trampa mortal que conecta a Traslasierra con el olvido

El deterioro del tramo entre Villa Dolores y Santa Rosa del Conlara expone el abandono de una vía clave para el turismo y la economía regional. Baches, ondulaciones y parches provisorios ponen en riesgo a miles de viajeros mientras la obra pública permanece paralizada y las soluciones siguen sin aparecer.


Quienes transitan la Ruta Nacional 148, entre Villa Dolores y Santa Rosa del Conlara, conocen el riesgo. Lo sienten en cada sacudón del volante, en cada maniobra para esquivar un bache, en la tensión que se instala cuando las ondulaciones del asfalto hacen tambalear el vehículo. Son 45 kilómetros que, más que unir provincias, hoy exponen la grieta entre las necesidades reales de las regiones del interior y la parálisis de un Estado que no da respuestas desde hace décadas.

No es una novedad. Hace varios años, este tramo clave para la comunicación entre las provincias de Córdoba y San Luis viene acumulando deterioros. Los parches provisorios se multiplican, pero no alcanzan. La cinta asfáltica, con zonas que presentan deformaciones peligrosas, se ha convertido en un escollo para el tránsito seguro, sobre todo a velocidades habituales en rutas nacionales. Y lo más grave es que la degradación no se detiene: avanza sin que se vea en el horizonte un plan de reparación integral.

Esta ruta no es cualquier camino. Es una de las puertas de entrada a Villa Dolores y al Valle de Traslasierra, una región que vive del turismo, del comercio y de la producción agrícola, actividades que requieren de infraestructura a la altura de su potencial. Cada día de atraso en su reparación es un golpe a la seguridad vial, a la economía local y a la conectividad que miles de familias necesitan.

Sin embargo, en el contexto actual, las señales son desalentadoras. La decisión del Gobierno nacional de paralizar la obra pública, como parte de un ajuste drástico impulsado por el presidente Javier Milei, ha dejado obras frenadas y proyectos en pausa en todo el país. Y en este clima de desfinanciamiento, más que soluciones concretas, lo que hay son incógnitas.

Villa Dolores, una ciudad donde el presidente Milei obtuvo una victoria abrumadora en las elecciones presidenciales, padece la falta de inversión estatal en infraestructura y las carencias que golpean al territorio. ¿Dónde quedan las expectativas de desarrollo si las rutas se caen a pedazos? ¿Cómo se sostiene el crecimiento de la región si ni siquiera se garantiza una vía segura y transitable?

Hoy, la Ruta 148 es más que un camino roto. Es el símbolo de una deuda acumulada con el interior profundo, ese que votó con esperanza pero que ahora transita entre baches y peligros. La pregunta es si alguien, en los despachos donde se deciden los destinos de la obra pública, está dispuesto a mirar hacia acá, a escuchar y a actuar. Porque mientras tanto, la ruta sigue deteriorándose y los interrogantes siguen creciendo.

• El Ciudadano.