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La Libertad Avanza reconfigura el mapa político

Con más del 40 % de los votos y victorias en 16 provincias, el oficialismo obtuvo 64 diputados y 13 senadores. En Córdoba ratificó su poder territorial y en Villa Dolores el triunfo fue contundente para su lista local. El nuevo Congreso quedará dividido en tercios desde diciembre.


La elección legislativa de medio término confirmó el ascenso político de La Libertad Avanza (LLA). Con el 95,4% de los votos escrutados, el oficialismo sumó 8.890.297 votos (40,8 %), imponiéndose en 16 de las 24 provincias y llevándose 64 de las 127 bancas de Diputados en juego y 13 de los 24 escaños del Senado.

Fuerza Patria y aliados (kirchnerismo) reunió 7.165.263 votos (32,2 %), obtuvo 46 diputados y 9 senadores. Provincias Unidas logró 1.640.669 votos (7,5 %), consiguió 8 diputados; el Frente de Izquierda Unidad sumó más de un millón de votos y 3 diputados.

Con estos resultados, LLA alcanzará 107 bancas en Diputados y 24 en el Senado, asegurando el tercio parlamentario clave para sostener vetos presidenciales a partir del 10 de diciembre.


Córdoba: bastión territorial confirmado

En Córdoba, distrito electoral con peso político significativo, el triunfo de La Libertad Avanza ratifica su dominio en una de las plazas más disputadas.

En la elección local, LLA se impuso con claridad frente a las listas peronistas y provinciales, evidenciando su capacidad de penetrar el interior profundo del país. Las fuerzas de provincias unidas y los espacios peronistas intentaron disputar la hegemonía, pero no lograron revertir la ventaja libertaria.

Este resultado pone en relieve que el triunfo nacional no se reduce a distritos urbanos, sino que se sustenta en un liderazgo que se reproduce en el interior provincial.


Villa Dolores: contundente respaldo local

El escrutinio final en Villa Dolores reflejó un triunfo contundente para la lista local de LLA, encabezada por Gonzalo Roca.

  • Gonzalo Roca (La Libertad Avanza): 7.703 votos
  • Juan Schiaretti (Provincias Unidas): 5.556 votos
  • Natalia de la Sota (Defendamos Córdoba): 2.023 votos

Esa diferencia confirma que, incluso a escala municipal, el oficialismo logró posicionarse como fuerza dominante, superando con amplitud a los contendientes provinciales y locales.

Villa Dolores, de esta manera, se suma a la narrativa nacional de triunfo libertario con resultados locales que refuerzan la correlación de fuerzas parlamentarias.


Un Congreso dividido en tercios con respaldo territorial

El nuevo Congreso que asumirá el 10 de diciembre estará compuesto por tres espacios: el oficialismo libertario fortalecido, el peronismo dividido y los bloques provinciales como árbitros.

  • En Diputados, LLA y el PRO alcanzarán 107 bancas, siendo la primera minoría y quedando a sólo 22 votos de la mayoría simple.
  • En Senado, la alianza oficialista sumará 24 bancas, el número justo para mantener vetos, igualando la representación del peronismo, aunque éste se encuentra fragmentado entre dos bloques.
  • Los senadores radicales (9) y representantes provinciales (2) completan el cuadro parlamentario.

El dato diferencial es que el triunfo no es coyuntural ni urbano: se respalda en victorias provinciales como Córdoba y triunfos locales como Villa Dolores. Esa amalgama fortalece la legitimidad política del oficialismo y su posibilidad de gobernabilidad.


Mesa de poder y riesgos estratégicos

El control del tercio legislativo ofrece al gobierno una palanca poderosa: blindar sus políticas de posibles reformas regresivas y administrar el Congreso desde una posición de ventaja institucional. Pero la falta de mayoría absoluta implica que cada proyecto de ley dependerá de negociaciones puntuales, especialmente si el bloque federales decide jugar un rol de árbitro.

Para Córdoba y para municipios como Villa Dolores, el triunfo local refuerza la presencia territorial de LLA y le confiere legitimidad en el interior provincial. Sirve también para presionar a legisladores provinciales y alianzas regionales en futuras negociaciones.

A partir del 10 de diciembre, la política transitará un camino nuevo: uno en el que las mayorías serán frágiles, los acuerdos imprescindibles y el poder dependerá, tanto del voto individual como de la convicción colectiva.