En una sesión especial, la Unicameral cordobesa distinguió a la comunidad originaria La Unión, asentada en Traslasierra, por su reciente inscripción como pueblo reconocido en su territorio ancestral. El acto fue acompañado de un ritual ancestral y palabras de respaldo político e institucional.
La Legislatura de Córdoba entregó días atrás un reconocimiento oficial a la comunidad La Unión, perteneciente al pueblo Camiare–Comechingón, que habita la región del Valle de Traslasierra. La distinción fue impulsada por el legislador Mariano Ceballos Recalde, en el marco de una sesión especial celebrada en la Unicameral, en la ciudad de Córdoba.
El acto institucional marcó un nuevo paso en el proceso de visibilización y restitución de derechos territoriales para los pueblos originarios de la provincia, y se concretó tras la legítima inscripción de la comunidad en el registro correspondiente, conforme a lo establecido por la ley provincial 10.316, que regula el reconocimiento legal de comunidades indígenas en Córdoba.
En los fundamentos del proyecto, se destacó que esta iniciativa representa “un paso fundamental hacia la reparación histórica y la justicia territorial”, en consonancia con los reclamos históricos de los pueblos originarios del país, que aún enfrentan desafíos vinculados al despojo territorial, la invisibilización y la falta de acceso a derechos básicos.
Durante la ceremonia, el joven cacique Erick Rojas, de tan solo 26 años, tomó la palabra: “Para nosotros es algo muy importante porque se trata de algo histórico. Es más que nada una cuestión de reparación. No lo vemos como un favor, sino como lo que corresponde: reconocer nuestra historia, la que fue negada y escondida durante años”.
Por su parte, Ceballos Recalde subrayó el valor simbólico y político del reconocimiento. “Nos enorgullece que haya comunidades como la de Erick, que han peleado y siguen peleando por cuidar nuestra tierra. Esta distinción busca poner en valor esa lucha y ese compromiso,” subrayó.
El acto contó con la presencia de legisladores de distintos bloques y del jefe comunal de Panaholma, Isidoro Gabriel Guzmán. Entre ellos, el legislador Miguel Siciliano reflexionó: “Pese a toda la trágica historia que vivió esta comunidad, siempre tiene amor para dar y enseñarnos. Ustedes son nuestra gente”.
La jornada cerró con un ritual ancestral en homenaje a los antepasados, en el que se pidió protección y guía para el cacique y todos los miembros de la comunidad, revalidando el lazo espiritual y cultural con sus raíces.
La comunidad La Unión mantiene una fuerte presencia en el norte del Valle de Traslasierra. En los últimos años ha afianzado un proceso de reconstrucción histórica basado en memorias orales, documentos y genealogías familiares, con el objetivo de sostener su identidad y sus derechos colectivos.
Este reconocimiento no solamente respalda ese proceso, sino que también envía un mensaje institucional contundente: los pueblos originarios tienen derecho a ser reconocidos en sus propios términos, en su territorio y con su historia viva.