Pulsa «Intro» para saltar al contenido

El final de la ruta fallida entre Villa Dolores y Mina Clavero

En 2019, la Legislatura de Córdoba aprobó expropiaciones para la construcción de una nueva ruta entre Villa Dolores y Mina Clavero. Sin embargo, la fuerte oposición de grupos ambientalistas frenó el proyecto, alegando el impacto sobre el bosque nativo. Ante la falta de apoyo público y el ruido del sector ambientalista, el entonces gobernador Juan Schiaretti decidió abandonar la iniciativa. Hoy, sin alternativas viables y con la Ruta 14 colapsada, la región enfrenta un futuro incierto en materia de conectividad.


La construcción de una nueva ruta entre Villa Dolores y Mina Clavero, que buscaba mejorar la conectividad en el Valle de Traslasierra, se convirtió en una de las obras más polémicas de los últimos años en la región. A pesar del visto bueno inicial de la Legislatura provincial en 2019, la obra nunca se concretó y, hoy, las esperanzas de retomar el proyecto parecen haberse desvanecido para siempre.

Proyecto aprobado pero abandonado

El 2 de octubre de 2019, la Unicameral aprobó la “expropiación genérica” de terrenos en los extremos de la proyectada Ruta 34, que iba a conectar Mina Clavero con Villa Dolores como una alternativa a la saturada Ruta 14. La nueva vía pretendía descomprimir el tránsito en la región y facilitar la integración del corredor bioceánico, que conecta Córdoba con Cuyo y Chile.

Sin embargo, desde su inicio, el proyecto se enfrentó a la oposición de grupos ambientalistas que denunciaron que el trazado atravesaría áreas de bosque nativo protegido. A través de la campaña “Sí a la ruta pero el monte no se toca”, las organizaciones ambientales defendieron una alternativa: recuperar el camino de Altautina o Ruta S307, un antiguo sendero de ripio que, según ellos, tendría menos impacto ecológico.

Los desafíos del camino de Altautina

Si bien las autoridades provinciales consideraron incorporar parte del camino de Altautina al trazado, surgieron dificultades técnicas. La ruta de Altautina, con sus pronunciadas curvas y características similares al Observatorio Bosque Alegre, no cumplía con las especificaciones requeridas para una carretera destinada al tránsito pesado y al turismo internacional. Además, la obra debía terminar en la circunvalación de Villa Dolores, lo que complicaba aún más la propuesta ambientalista.

Por otro lado, el nuevo trazado también buscaba rodear el Dique La Viña por el sector oeste, dejando la Ruta 14, ubicada al este del embalse, para el tránsito local. Sin embargo, la obra se enfrentaba a decisiones difíciles: compatibilizar la infraestructura moderna con la preservación del ecosistema.

Un proyecto sin defensores públicos

El entonces gobernador Juan Schiaretti, quien en su momento impulsó la obra con fuerza, terminó abandonando la iniciativa al observar que el reclamo ambientalista ganaba terreno y la comunidad local no mostraba un apoyo contundente al proyecto vial.

En privado, el mandatario expresó su frustración: “Los vecinos de Traslasierra parecen no querer la ruta. No defienden su realización. Es una ruta que nadie parece desear en la zona”. El “Gringo”, en la intimidad, consideraba innecesario dejarse “insultar” por un proyecto que la ciudadanía no defendía.

El silencio del sector que apoyaba la obra dejó en desventaja política al proyecto frente a las voces ambientales. Finalmente, la expropiación aprobada en 2019 caducó sin ser ejecutada en el plazo de dos años, enterrando el proyecto definitivamente.

El colapso de la Ruta 14

Mientras tanto, la Ruta 14 sigue siendo la única conexión asfaltada entre Villa Dolores y Mina Clavero, soportando un tránsito intenso que se vuelve aún más caótico en épocas turísticas. La ruta atraviesa varios pueblos de la región, complicando la fluidez del tráfico, especialmente para el transporte pesado.

La falta de alternativas viales afecta tanto al turismo como al comercio en Traslasierra, una región que depende del flujo constante de visitantes y del tránsito hacia otras provincias. Sin embargo, sin consensos claros entre los diferentes sectores sociales, la posibilidad de retomar un proyecto de ruta alternativa parece cada vez más lejana. En definitiva, la oportunidad se desperdició.