El Dique La Viña enfrenta una crítica escasez de agua, alcanzando apenas 83 metros de volumen embalsado. Con la llegada del fenómeno de La Niña, que traería sequías prolongadas, las perspectivas para la primavera y el verano son preocupantes. Expertos advierten sobre un déficit de precipitaciones que podría extenderse hasta enero, acentuando la necesidad de una gestión hídrica eficaz y afectando tanto a la población como al vital sector agropecuario.
La situación del Dique La Viña, uno de los principales reservorios de agua de la provincia, refleja la preocupante escasez de agua que afecta a la región. Actualmente, el volumen de agua embalsada apenas alcanza los 83 metros, según informes oficiales, lo que significa que se encuentra a 17,5 metros de su capacidad máxima de 100,5 metros. Esta cifra es alarmante, ya que es peor a los 86 metros de agua que había en el mismo período el año pasado y a los 84,62 metros de hace dos años.
El impacto de la sequía se ha intensificado con el inminente regreso del fenómeno de La Niña, que, como se ha advertido, traerá consigo una temporada de escasas lluvias durante la primavera y el verano. Este fenómeno climático está asociado a un descenso significativo en las precipitaciones, a diferencia de El Niño, que se caracteriza por un aumento en las lluvias. Ambos extremos climáticos presentan riesgos tanto para la población como para el sector agropecuario y turístico.
El informe de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) indica que La Niña comenzará a instalarse en Argentina, pronosticando un verano más seco de lo habitual, lo que acentuará aún más las condiciones de sequía. En este contexto, el Servicio Meteorológico Nacional Argentino advierte que hay un 41% de probabilidad de que La Niña se desarrolle entre septiembre y noviembre de este año, lo que agrega incertidumbre al panorama hídrico de Córdoba.
El ingeniero Marcelo García, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y especialista en recursos hídricos, enfatiza que la provincia ha estado atravesando una estación seca prolongada, con más de cuatro meses sin precipitaciones significativas. “Septiembre y octubre deberían ver entre 40 y 80 milímetros de lluvia, y durante la temporada de lluvias, de noviembre a marzo, se esperaría entre 100 y 120 milímetros por mes. Sin embargo, este año hemos experimentado un déficit crítico, que podría prolongarse hasta enero”, explica García.
Esta situación se agrava aún más debido a las condiciones previas del año anterior, donde los niveles del vertedero en los diques no alcanzaron los mínimos requeridos. “El hecho de tener una sequía consecutiva y períodos de déficit de lluvias anticipa un escenario preocupante para la gestión del agua en Córdoba”, concluye el ingeniero, según consiga el diario Hoy Día.
Con la posible llegada del fenómeno de La Niña y el actual estado crítico del Dique La Viña, la necesidad de una gestión eficiente de los recursos hídricos se vuelve cada vez más urgente. La comunidad espera que se tomen medidas efectivas para enfrentar esta situación que amenaza tanto a la población como a la agricultura local y al turismo, y que requiere de un compromiso colectivo para asegurar el acceso al agua en el futuro.