Pulsa «Intro» para saltar al contenido

Argentina entre los países con menor competitividad del mundo

Argentina se ubica entre los países con menor competitividad del mundo, según el Instituto para el Desarrollo Empresarial (IMD). Aunque muestra leves avances, los desafíos estructurales, macroeconómicos e institucionales siguen limitando su capacidad para crecer y atraer inversiones.

La Argentina ocupa el puesto 62 sobre 69 países evaluados por el Instituto para el Desarrollo Empresarial (IMD) en cuanto a competitividad, un leve avance respecto a 2024, pero aún dentro de los últimos lugares del ranking global. El informe destaca que, si bien el país posee ventajas en recursos naturales, mercado interno, investigación y adopción tecnológica, enfrenta graves limitaciones en estabilidad macroeconómica, sistema impositivo, mercado laboral, apertura económica y calidad institucional.

La competitividad de una nación no depende únicamente de sus ventajas naturales. Factores como infraestructura, estabilidad económica, madurez del mercado financiero, calidad de instituciones y eficiencia del sistema impositivo y laboral son determinantes para que los productos argentinos puedan competir a nivel internacional. La falta de coordinación en estas áreas reduce las ganancias potenciales de los sectores productivos, incluso cuando la materia prima es favorable.

Informes de consultoras y organismos como Invecq y la UIA señalan que, aunque se observan mejoras en comercio exterior, inversión extranjera y finanzas públicas, persisten problemas estructurales. La alta presión impositiva, la volatilidad económica, la burocracia, los déficits de infraestructura y el elevado costo energético impactan directamente en la productividad y elevan los costos logísticos.

Para revertir esta situación, especialistas recomiendan estabilizar precios, liberalizar el tipo de cambio, promover empleo formal, fortalecer el Estado de derecho e invertir en infraestructura y ciencia y tecnología. La competitividad argentina, sostienen, requiere un enfoque integral que combine políticas económicas sostenibles con un entorno institucional confiable.

Si bien existen fortalezas, como capital humano y cultura emprendedora, los expertos coinciden en que los desafíos macroeconómicos y estructurales limitan la capacidad del país para aprovechar plenamente su potencial y posicionarse de manera competitiva en el mercado global.