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Estafas virtuales: la “llamada perdida” y los números que nunca deben atenderse

Las estafas virtuales siguen mutando, pero una modalidad en particular se disparó en las últimas semanas en el país: la llamada “estafa de la llamada perdida”. Se trata de un método tan sencillo como eficaz, que ya perjudicó a miles de usuarios en distintas partes del mundo y volvió a encender alertas entre especialistas y compañías telefónicas.

El mecanismo opera con una lógica elemental. El teléfono suena una sola vez, el desconocido corta inmediatamente y deja registrado un número internacional. El usuario, movido por la curiosidad o la duda, devuelve el llamado. Ese es el momento en que se activa la maniobra fraudulenta: al comunicarse, comienza a correr una tarifa especial que puede costar varios dólares por minuto, monto que termina depositado en manos de los estafadores.

En Argentina, analistas registraron un incremento de intentos provenientes de prefijos internacionales poco habituales, como: +225 (Costa de Marfil), +353 (Irlanda o Albania, según el enrutamiento), +233 (Ghana) y +234 (Nigeria).

La operatoria suele incluir grabaciones, silencios prolongados o sistemas automáticos diseñados para mantener la línea abierta la mayor cantidad de tiempo posible, incrementando el cargo final sin que la víctima pueda advertirlo en el momento.

Cómo evitar caer en esta modalidad

Las recomendaciones coinciden en tres ejes:

• No devolver llamadas de números desconocidos, especialmente si tienen prefijo internacional.

• Activar filtros o bloqueos que ofrecen las compañías telefónicas para identificar contactos sospechosos.

• Verificar el número en Internet antes de atender o responder, ya que muchos usuarios reportan teléfonos vinculados a fraudes en foros y plataformas públicas.

Los especialistas subrayan que la defensa más efectiva sigue siendo la prudencia: no atender ni devolver llamadas de origen dudoso. Si el usuario ya detectó un débito inusual en su factura, debe comunicarse lo antes posible con la empresa de telefonía para reportar el incidente, solicitar un reintegro e implementar un bloqueo preventivo.

En un escenario donde las estafas digitales se reinventan a diario, la “llamada perdida” recuerda que un solo clic puede activar cargos elevados. La información, la cautela y el control periódico de los consumos siguen siendo las herramientas más efectivas para evitar caer en este tipo de engaños.