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Economía crítica: el desafío no es la deuda, sino la credibilidad

Aunque el Gobierno argentino logró equilibrar las cuentas públicas, administrar la deuda heredada sigue siendo un desafío crítico. Según el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), el problema no es el nivel de deuda, que asciende a 65% del PBI —comparativamente menor que Uruguay (68%) o Brasil (76%)— sino la pérdida de credibilidad en los mercados financieros internacionales. El riesgo país, que actualmente supera los 1.260 puntos, evidencia que el país no puede refinanciar sus vencimientos como hacen otras naciones con niveles de deuda superiores y tasas de riesgo mucho menores.

IDESA indica que el déficit fiscal del pasado dejó una deuda acumulada de US$ 425.000 millones entre 2019 y 2023. Incluso con superávit en 2024, la deuda creció US$ 42.000 millones debido a la absorción de pasivos financieros del Banco Central, incluidos los instrumentos Leliq. Esto demuestra que cerrar el “grifo” del déficit no es suficiente para garantizar estabilidad: se requiere gestión confiable y planificación sostenida.

La credibilidad se erosiona además por dificultades políticas y técnicas. La incapacidad del oficialismo para bloquear leyes de la oposición, junto con la falta de avances en reformas estructurales —infraestructura, regulaciones procompetitivas, ordenamiento del Estado y del sistema previsional—, alimenta la incertidumbre sobre la capacidad de mantener los logros alcanzados.

El apoyo de Estados Unidos, a través de swaps o acuerdos financieros, genera alivio temporal, pero no sustituye la necesidad de confianza interna. Para recuperar credibilidad, el informe subraya que es clave consolidar el diálogo con la oposición, brindar señales claras de mantenimiento del equilibrio fiscal y avanzar en reformas estructurales. “Solo así se podrá garantizar estabilidad, atraer inversiones y reducir la percepción de riesgo que limita la gestión de deuda en Argentina”, marca IDESA.