Los robos de motocicletas se han convertido en uno de los delitos más frecuentes en Villa Dolores y la región. Pese a los operativos policiales y al recupero de algunos rodados, vecinos denuncian que la inseguridad golpea con fuerza a quienes utilizan este medio como principal recurso de movilidad.
El reciente recupero de dos motocicletas robadas en Villa Dolores y Las Tapias volvió a poner en agenda un problema que preocupa a toda la región: el aumento sostenido en los robos de motos. Días atrás, efectivos de la policía lograron dar con una Yamaha Crypton sustraída de la vivienda de una joven de 26 años, y minutos después detuvieron en flagrancia a dos adolescentes de 16 y 17 años que habían forzado la traba de seguridad de una Gilera 110 cc.
Aunque los rodados fueron recuperados, el patrón se repite semana tras semana. “La moto es la herramienta de trabajo y transporte para muchas familias, y perderla significa un golpe económico muy difícil de afrontar”, señala un vecino de Villa Dolores que sufrió el robo de su motocicleta el mes pasado.
Las causas detrás de este delito son múltiples: desde la facilidad de reventa de piezas en el mercado informal hasta la falta de medidas de seguridad más sofisticadas en los rodados. Es un delito de oportunidad y de rápida ejecución, difícil de prevenir sin una estrategia integral.
El desafío, según especialistas, pasa por articular esfuerzos entre controles policiales, concientización de los usuarios y medidas legislativas que desalienten la comercialización clandestina de repuestos. Mientras tanto, la moto sigue siendo blanco predilecto de quienes buscan un botín fácil y rápido de reducir.