Desde San José, la firma Sánchez Amezcua S.A. exporta 250.000 kilos de uva Red Globe a mercados internacionales. Con raíces en la inmigración española y un fuerte espíritu familiar, la empresa es un ejemplo de resiliencia cordobesa.
La historia de la familia Sánchez Amezcua es, ante todo, una historia de tenacidad. Desde su finca en San José, en pleno Valle de Traslasierra, producen anualmente 250.000 kilos de uva Red Globe que viajan desde Córdoba hacia Brasil, Rusia y el sudeste asiático. Pero el camino no fue fácil: detrás de cada racimo hay generaciones que apostaron al trabajo y a la tierra.
Según contó Analía Sánchez al diario La Nación, todo comenzó con su padre, Juan Sánchez, quien llegó desde España a los 13 años. Tras iniciarse en Mendoza, Juan se instaló definitivamente en Córdoba en 1979, decidido a construir una empresa frutícola desde Traslasierra. Hoy, a sus 82 años, sigue siendo el alma del proyecto.
La finca abarca 32 hectáreas, con diez dedicadas a uva bajo malla antigranizo. La cosecha la realizan mujeres del pueblo, cuya destreza y compromiso son parte del sello de calidad. El equipo lo completan Micael, nieto de Juan, en el campo y el galpón, y Adrián, hijo y responsable técnico. La empresa también cultiva menta para el mercado interno y produce un vino propio, “Nanaco”, en honor a los abuelos fundadores.
Hoy, Sánchez Amezcua S.A. es un puente entre tradición e innovación y un testimonio de cómo la ruralidad puede proyectarse al mundo.