El 8 de agosto de 1995 se fundó oficialmente la Peña Ciclística Villa Dolores, que celebra tres décadas de actividad, compañerismo y pasión por el ciclismo. Bajo el lema «Hacemos amigos, amamos la vida sana y el aire puro. Somos solidarios», el grupo mantiene vivo el espíritu que lo vio nacer.
Aunque su formalización fue en 1995, la historia comenzó en 1992 con el primer cruce de las Altas Cumbres. Aquel día, Juan Carlos Morales, Alfredo Curi, Salvador Martí, Luis Chavero, Jorge “Chino” Rojas y Víctor Barroso se lanzaron a la aventura cuando aún faltaban 29 kilómetros de camino. Hugo y Darío Ochoa los acompañaron hasta El Cóndor antes de regresar.
Ese viaje sembró la idea de organizarse, sin fines de lucro ni intención de formar un club. En diciembre de 1994, un viaje al Día Nacional del Ciclista en Villa Mercedes, San Luis, fortaleció los vínculos y el deseo de fundar la Peña. Así, el 8 de agosto de 1995, en el local de Juan Carlos Morales, se oficializó la creación del grupo. Cada integrante aportó $10, y se eligió una comisión inicial con Morales como presidente, Alfredo Curi como tesorero y Víctor Barroso como secretario.
Desde entonces, la Peña se reúne todos los martes y ha recorrido caminos de Mendoza, San Juan, Córdoba, Pergamino, Colón y más. Participó en eventos municipales, organizó el Día Nacional del Ciclista en 2000 y 2012, y construyó un tráiler para transportar bicicletas.
Muchos ciclistas se sumaron con el tiempo; algunos siguen activos, otros dejaron su marca, y varios ya no están físicamente, pero viven en cada pedaleada. Se recuerda con respeto a: Gallego Martí, Alfredo Papalardo, Tuco Gómez, Alfredo Báez, Gringo Insegna, Pirulo Machuca, Coco Martino, Carlos Mariojouls, Atanasio Ochoa, Lucho Tello, Chino Rojas, Raúl Rosales, Pocholo Vega y Alberto Murcia.
El padrino de la Peña, Roberto Florencio Breppe, ha sido un referente constante y un amigo de todos. La institución agradece a Villa Dolores por el espacio en su vida social, y a Dios, al Santo Brochero y a la Virgen de los Dolores por acompañarlos siempre.
Treinta años después, la ruta sigue abierta y el pedal firme. La amistad, la solidaridad y la vida sana siguen marcando el camino.
• Por Víctor Barroso