En el marco de la Semana Estudiantil 2023, el Colegio Sagrado Corazón de Villa Dolores ganó el Concurso de Solapines, que tuvo como inspiración el lema «Educar Corazones, forjar destinos». El segundo lugar fue para el Instituto Cerro Azul y el tercer lugar para el IPET Industrial. En tanto, obtuvieron menciones especiales dos propuestas del Colegio Sagrado Corazón y una del Instituto Stella Maris.
Explicación del solpaín ganador
El corazón hecho tierra y echando raíz simboliza la base desde la cual crecemos y nos desarrollamos como seres humanos (marrón representa la estabilidad, la tierra). Un corazón fértil donde germinan valores y las acciones dan frutos de servicio y amor. Y como esto puede florecer a medida que cultivamos nuestras relaciones y experiencias de vida y sembramos valores vitales para toda una sociedad como lo son la solidaridad, la empatía, compasión y fundamentalmente el respeto y la acogida al hermano.
El camino recubierto de lazos de colores nos muestra que cada persona que se cruza en nuestra vida tiene algo que enseñarnos. El azul, representativo de la educación y los valores, transmite confianza, serenidad y conocimiento. Nos invita a buscar el aprendizaje y la formación de manera segura y tranquila. El morado se asocia con la creatividad, la espiritualidad, la magia y la nobleza. Al incorporar estos aspectos en nuestra educación, podemos desarrollar una mente abierta, cultivar la creatividad y conectarnos con nuestra espiritualidad interior. El color verde, relacionado con la naturaleza, la frescura y la esperanza, nos recuerda que la educación es un proceso continuo de renovación y crecimiento. Nos insta a encontrar equilibrio y armonía en nuestro aprendizaje. Finalmente, la luz simboliza la iluminación, la claridad y el conocimiento. Nos guía en nuestro camino educativo, iluminando nuestras mentes y mostrándonos la verdad. También nos brinda esperanza y alegría en el proceso de aprendizaje.
Este solapín demuestra que todos y cada uno es esencial en este mundo, todos somos importantes en la construcción de una nueva sociedad. Y la belleza de crecer en comunidad, con el gusto espiritual de ser pueblo.
La estrella, nuestra mayor guía, nos lleva hacia la esperanza, la fe y el amor de Dios. Este símbolo nos recuerda la importancia de tener esperanza en el futuro, confiar en algo más grande que nosotros mismos y cultivar el amor divino en nuestras vidas que todo lo transforma.
Este solapín nos llama a ponernos al servicio de los demás, ser los sentidos de Dios en este mundo y así convertirnos en custodios del amor y de nuestra casa común y así forjar destinos que influyan positivamente en la vida de todos. No todo está acabado y el corazón nos revela que la meta está cerca.
En resumen, nos invita a cultivar el amor, crecer emocionalmente y forjar nuestro propio destino a través de la educación de corazón a corazón, con los pies bien firmes en la tierra, pero la mirada fija en el cielo. Conectándonos con los demás, aprendiendo de nuestras experiencias y siguiendo la guía de la esperanza y la fe, podemos alcanzar un crecimiento personal y comunitario significativo y encontrar un propósito en nuestras vidas: que nuestras vidas sean verdaderas respuestas de amor.





