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DE NUNCA ACABAR. Argentina seguirá en crisis

Argentina lleva varios años en crisis. Pasan los ciclos y el país continúa inmerso en una situación económica caótica sin que exista en el futuro inmediato ningún atisbo esperanzador.

El actual presidente Alberto Fernández y su antecesor Mauricio Macri, a pesar de ser de signos políticos diametralmente opuestos, han fracasado rotundamente. Pese a quien le pese, es la cruda realidad.

Esta semana, el INDEC informó que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró un incremento de 4,7% en febrero, un aumento sustancial respecto al aumento de enero (3,9%) que anticipa un horizonte negro para el primer cuatrimestre del año.

La inflación, de esta manera, acumuló una suba del 8,8% en el primer bimestre de 2022 y del 52,8% en los últimos 12 meses.

El problema mayor es que los alimentos fueron los que registraron mayor aumento en el último mes registrado, con un incremento de 7,5%, aportando más de 2 puntos porcentuales al IPC general.

La información surgió en el marco de las polémicas manifestaciones del presidente Fernández, cuando salió a decir que “el viernes (por ayer) empieza la guerra contra la inflación en la Argentina”, en un acto en territorio bonaerense.

Las declaraciones del primer mandatario nacional resultan una verdadera “tomada de pelo” y sólo pueden ser comparables con una definición que tuvo su antecesor en la presidencia, cuando dijo: “La inflación es algo simple de resolver”.

Así estamos: ni Fernández, ni Macri, ni tampoco Cristina Kirchner han “dado en la tecla”, tal vez por incapacidad o por decisión deliberada con la intención de privilegiar intereses de grupos minúsculos aunque poderosos, en detrimento de la población en general.

Según el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), la crisis argentina está asociada a la propensión del sector público a administrar mal y a gastar por encima de sus ingresos. Es decir que la problemática tiene su raíz en el desorden del Estado, antes que en factores exógenos.

¿Y por qué es necesario tener en claro este concepto? Pues por la costumbre de los gobernantes de culpar a otros o a acontecimientos externos en vez de asumir sus responsabilidades.

Tal como sostiene IDESA, con mucha soltura se tiende a asignar a factores exógenos las responsabilidades por la decadencia argentina. Por ejemplo, se culpó al Covid-19 por la crisis cuando el país ya estaba en crisis antes de la aparición del virus. Ahora todo indica que se usará la guerra de Ucrania para desviar la atención.

Mientras tanto, se esquiva y oculta la causa principal del ocaso nacional: el mal funcionamiento del Estado, su dinámica de gastar por encima de los ingresos y dar servicios públicos deficientes.

Nada hace pensar que la crisis crónica argentina pueda superarse, ya que no hay soluciones a los problemas de fondo. Lamentablemente, los argentinos estamos naturalizando esta caótica situación a tal punto que ya no nos sorprende tener una inflación descontrolada. Simplemente nos estamos acostumbrando.

El Ciudadano

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