La Justicia de Mendoza condenó al polémico perito Marcos Herrero, supuesto especialista en búsqueda de personas y rastreos con perros de Río Negro que trabajó en varios casos resonantes de todo el país, incluyendo en la búsqueda de restos de Delia Polijo, la adolescente desaparecida en La Paz.
Se lo acusaba de haber plantado pruebas Potrerillos, cuando fue contratado por la familia de Viviana Luna, para buscar a esta mujer desaparecida en 2016.
En concreto, los jueces Luis Correa Llano, Ramiro Salinas y Ariel Spektor le fijaron una pena de ocho meses de prisión condicional por los delitos de “falsa denuncia, falso testimonio, usurpación de títulos y encubrimiento simple”.
Según informa el portal del diario Los Andes, las pruebas que inicialmente sostuvieron la condena fueron escuchas telefónicas y testimonios de personas que trabajaron en la búsqueda que advirtieron la implantación de pruebas en un lugar que había sido requisado con anterioridad por la Policía.
Pero lo fundamental fue el Laboratorio de Huellas Genéticas de Mendoza que determinó dos situaciones graves: a) que los huesos hallados en Potrerillos –restos pertenecientes a un hombre– son iguales a los que el rastreador encontró en San Cruz en otra búsqueda y b) que esas dos muestras están contaminadas por ADN Herrero.
Es decir que, según detalla Los Andes, Herrero llegó a Mendoza con esos restos óseos para, burdamente, hacerlos pasar por restos de Viviana Luna. Además, estos huesos se cotejaron con otros que Herrero también había “encontrado” en Río Gallegos durante la búsqueda de otra mujer desaparecida y el resultado indicó que todos pertenecían a un mismo cadáver: el de un hombre.
Además de haber generado cierta esperanza en Traslasierra su intervención en la búsqueda de Delia Polijo, Herrero además se dedicó a rastrear pruebas sobre Marisol Reartes, Luz Morena Oliva y Gloria Gallardo, también desaparecidas del Valle de Traslasierra.